ForistaDelDía
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En el Revellín de Ceuta, se ha vivido una noche inolvidable gracias al baile hindú kathak que ha sobrevivido a la opresión colonial. Este estilo arcaico que mezcla lo espiritual con lo didáctico ha sido llevado a España por tres mujeres de Londres y Noruega, quienes han interpretado coreografías que transmiten mensajes significativos en el mundo espiritual de la comunidad hindú.
La actuación comenzó con una bailarina que se presentó como una expresión artística calmada pero dinámica. Sus movimientos gráciles y giros habían sido de peso durante la actuación, y sus gestos han quedado congelados por segundos. La música tradicional hindú ha acompañado cada paso, creando un ambiente único.
La segunda bailarina se presentó como una fusión entre la juventud y la edad entrada en años. Sus pasos ligeros y su uso de tobilleras de cascabeles han sido característicos del estilo arcaico del kathak. La chica se ha unido a la mayor, quien ha compartido el escenario con una mezcla de ligereza y seriedad.
El guru es una figura importante en este tipo de representación, ya que fue transmitida de profesores a alumnos. Durante la actuación, se ha implementado una canción que habla sobre los gurus, mentores muy apreciados en la cultura hindú. La bailarina sin moverse de su sitio ha vibrado agitadamente al compás de la música.
El origen del Kathak se remonta a 400 a.C., según el texto más antiguo que se conserva, el NatyaShastra. El estilo surgió en Benarés y se extendió a Jaipur, Lucknow y otras partes del norte de la nación asiática. Durante la era de ferviente devoción a Radha-Krishna, era usado para contar historias populares sobre las hazañas de Krishna.
La llegada de la Edad Media conllevó una destrucción de templos, lo que empujó al baile a dispensarse a otros terrenos. Su paradero final fue en las cortes de los reyes, quienes adaptaban su estilo a los gustos de la época. Aunque ha sido un viaje largo y difícil, el kathak sigue vivo en Ceuta gracias a estas tres mujeres que lo han traído a España.
La actuación comenzó con una bailarina que se presentó como una expresión artística calmada pero dinámica. Sus movimientos gráciles y giros habían sido de peso durante la actuación, y sus gestos han quedado congelados por segundos. La música tradicional hindú ha acompañado cada paso, creando un ambiente único.
La segunda bailarina se presentó como una fusión entre la juventud y la edad entrada en años. Sus pasos ligeros y su uso de tobilleras de cascabeles han sido característicos del estilo arcaico del kathak. La chica se ha unido a la mayor, quien ha compartido el escenario con una mezcla de ligereza y seriedad.
El guru es una figura importante en este tipo de representación, ya que fue transmitida de profesores a alumnos. Durante la actuación, se ha implementado una canción que habla sobre los gurus, mentores muy apreciados en la cultura hindú. La bailarina sin moverse de su sitio ha vibrado agitadamente al compás de la música.
El origen del Kathak se remonta a 400 a.C., según el texto más antiguo que se conserva, el NatyaShastra. El estilo surgió en Benarés y se extendió a Jaipur, Lucknow y otras partes del norte de la nación asiática. Durante la era de ferviente devoción a Radha-Krishna, era usado para contar historias populares sobre las hazañas de Krishna.
La llegada de la Edad Media conllevó una destrucción de templos, lo que empujó al baile a dispensarse a otros terrenos. Su paradero final fue en las cortes de los reyes, quienes adaptaban su estilo a los gustos de la época. Aunque ha sido un viaje largo y difícil, el kathak sigue vivo en Ceuta gracias a estas tres mujeres que lo han traído a España.