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Dilawar Hussein, el pakistaní que asesinó a las hermanas de Morata de Tajuña por una deuda de 60.000 euros, confesa los tres crímenes en juicio.
Un noviazgo con dos supuestos militares americanos se convirtió en la estafa perfecta para las hermanas Ángeles y Amelia. Se creían enamoradas de Edward y Michael, dos apuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán. Sin embargo, los dos "novios" eran una simulación perfecta.
El supuesto Edward era en realidad el general estadounidense Wesley Clark, comandante supremo de la OTAN durante la Guerra de Kosovo. El otro falso novio era Mario Guerra, un político estadounidense de origen cubano. Las hermanas creían que estos hombres se llamaban así y estaban enamorados de ellas. Pero en realidad eran una estafa del amor.
La pareja se dejó llevar por el delirio y vendió todo lo que tenían para enviar dinero a sus supuestos novios. Le pedían a familiares y vecinos, sin darse cuenta de la situation. El tercer hermano sobrevivía en la vivienda compartiendo con su hermana Amelia.
El engaño se prolongó durante ocho años, hasta que las hermanas se echaron desesperadas en brazos del pakistaní Dilawar Hussein, que les pidió 35.000 euros para salir de Afganistán. El prestamista recibía gran parte de sus ganancias en un locutorio de Arganda del Rey y enviaba dinero a su familia.
El asesino, sin embargo, no se conformó con la confesión de las hermanas. En noviembre de 2023 mató a tres personas: a las dos hermanas Ángeles y Amelia, y también al tercer hermano. La Fiscalía pide una pena máxima de vida.
En su defensa, el abogado de Dilawar solicita una reducción de la pena debido a su trastorno de personalidad paranoide y a la desesperación en el momento del crimen. Su defensa es que sufrió un arrebato fruto de la desesperación.
Un noviazgo con dos supuestos militares americanos se convirtió en la estafa perfecta para las hermanas Ángeles y Amelia. Se creían enamoradas de Edward y Michael, dos apuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán. Sin embargo, los dos "novios" eran una simulación perfecta.
El supuesto Edward era en realidad el general estadounidense Wesley Clark, comandante supremo de la OTAN durante la Guerra de Kosovo. El otro falso novio era Mario Guerra, un político estadounidense de origen cubano. Las hermanas creían que estos hombres se llamaban así y estaban enamorados de ellas. Pero en realidad eran una estafa del amor.
La pareja se dejó llevar por el delirio y vendió todo lo que tenían para enviar dinero a sus supuestos novios. Le pedían a familiares y vecinos, sin darse cuenta de la situation. El tercer hermano sobrevivía en la vivienda compartiendo con su hermana Amelia.
El engaño se prolongó durante ocho años, hasta que las hermanas se echaron desesperadas en brazos del pakistaní Dilawar Hussein, que les pidió 35.000 euros para salir de Afganistán. El prestamista recibía gran parte de sus ganancias en un locutorio de Arganda del Rey y enviaba dinero a su familia.
El asesino, sin embargo, no se conformó con la confesión de las hermanas. En noviembre de 2023 mató a tres personas: a las dos hermanas Ángeles y Amelia, y también al tercer hermano. La Fiscalía pide una pena máxima de vida.
En su defensa, el abogado de Dilawar solicita una reducción de la pena debido a su trastorno de personalidad paranoide y a la desesperación en el momento del crimen. Su defensa es que sufrió un arrebato fruto de la desesperación.