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Corea del Norte se ha lanzado varios misiles balísticos de corto alcance hacia el mar de Japón, una medida que se interpreta como un desafío directo a Washington y a Seúl en plena reconfiguración del tablero diplomático regional. Esta provocación surge solo una semana antes de la llegada al país surcoreano del presidente estadounidense Donald Trump.
La misión armamentística, que se considera la primera prueba armamentística realizada por Corea del Norte desde la asunción de la presidencia surcoreana por Lee Jae-myung en junio pasado, ha sido interpretada como un intento de retomar el diálogo con su vecino del norte, aunque el régimen norcoreano ha rechazado hasta ahora todos los llamados a ese efecto.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano informó que los proyectiles fueron disparados desde Junghwa en la provincia norcoreana de Hwanghae del Sur hacia las 8.10 de la mañana y tuvieron una trayectoria de unos 350 kilómetros antes de caer en suelo norcoreano.
Esta situación se produce en un momento de alta visibilidad internacional para Corea del Sur, que acoge la semana que viene la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), al que asistirán Trump y su homólogo chino, Xi Jinping. La provocación por parte de Pyongyang se ha interpretado como un intento de subrayar su determinación de obtener reconocimiento como Estado con armas nucleares.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha acelerado el desarrollo de su arsenal nuclear y ha multiplicado las pruebas armamentísticas desde el estancamiento de las conversaciones con Washington en 2019. Sin embargo, en las últimas semanas ha dejado entrever que estaría dispuesto a retomar el diálogo si Estados Unidos abandona su exigencia de desnuclearización.
Los rumores sobre la posibilidad real de un contacto durante la gira asiática de Trump han aumentado tras la suspensión temporal de los tours a la aldea desmilitarizada de Panmunjom, un enclave simbólico en la frontera intercoreana y en el que Kim y Trump se reunieron en 2019.
En este contexto, varios expertos afirman que cualquier intento de diálogo por parte de Trump podría implicar concesiones sustanciales, desde la reducción de sanciones hasta garantías de seguridad. La situación es muy compleja y se está sumando a una reciente demostración de músculo armamentístico durante un desfile militar en Pyongyang donde se exhibió por primera vez el misil balístico intercontinental Hwasong-20, además de misiles hipersónicos de medio alcance y otras armas de nuevo cuño.
La misión armamentística, que se considera la primera prueba armamentística realizada por Corea del Norte desde la asunción de la presidencia surcoreana por Lee Jae-myung en junio pasado, ha sido interpretada como un intento de retomar el diálogo con su vecino del norte, aunque el régimen norcoreano ha rechazado hasta ahora todos los llamados a ese efecto.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano informó que los proyectiles fueron disparados desde Junghwa en la provincia norcoreana de Hwanghae del Sur hacia las 8.10 de la mañana y tuvieron una trayectoria de unos 350 kilómetros antes de caer en suelo norcoreano.
Esta situación se produce en un momento de alta visibilidad internacional para Corea del Sur, que acoge la semana que viene la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), al que asistirán Trump y su homólogo chino, Xi Jinping. La provocación por parte de Pyongyang se ha interpretado como un intento de subrayar su determinación de obtener reconocimiento como Estado con armas nucleares.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha acelerado el desarrollo de su arsenal nuclear y ha multiplicado las pruebas armamentísticas desde el estancamiento de las conversaciones con Washington en 2019. Sin embargo, en las últimas semanas ha dejado entrever que estaría dispuesto a retomar el diálogo si Estados Unidos abandona su exigencia de desnuclearización.
Los rumores sobre la posibilidad real de un contacto durante la gira asiática de Trump han aumentado tras la suspensión temporal de los tours a la aldea desmilitarizada de Panmunjom, un enclave simbólico en la frontera intercoreana y en el que Kim y Trump se reunieron en 2019.
En este contexto, varios expertos afirman que cualquier intento de diálogo por parte de Trump podría implicar concesiones sustanciales, desde la reducción de sanciones hasta garantías de seguridad. La situación es muy compleja y se está sumando a una reciente demostración de músculo armamentístico durante un desfile militar en Pyongyang donde se exhibió por primera vez el misil balístico intercontinental Hwasong-20, además de misiles hipersónicos de medio alcance y otras armas de nuevo cuño.