¡Es un escándalo! Yo me mudé hace unos meses y el piso que me estaba a alquilar se quedó sin vivienda... pero en cambio, mi socio, trabajador de otra empresa, le ofrecieron una habitación por 450 euros y él aceptó sin pensar. ¿Y qué pasa con las alquileras? El Ministerio promete renovarlas, pero lo único que hace es aumentar los precios. Es un juego cruel, amigo mío... ¡una verdadera ironía! Los trabajadores no tienen opciones, se quedan en la calle o pagan precios exorbitantes para vivir. Y el Gobierno sigue hablando de viviendas asequibles mientras los trabajadores sufrimos. Es como si estuvieran burlándose de nosotros...