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El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha abandonado las pretensiones a presidir el Eurogrupo tras la renuncia del irlandés Pascal Donohoe. La decisión se produce en un momento en que se espera que se abra un proceso para renovar el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), en el que también podría ser relevante para Cuerpo.
Hasta hace poco, Cuerpo había postulado como candidato a presidir el Eurogrupo sin éxito. En julio, Donohoe había renovado su mandato por consenso y se había impuesto sobre la española Nadia Calviño en el puesto que ocupaba desde 2020. Tras su dimisión en noviembre, Makis Keravnos asumió la presidencia en funciones del Eurogrupo.
La renuncia de Donohoe había sido un sorpresa para muchos, ya que apenas había estrenado ese nuevo mandato de dos años y medio. Ahora es probable que los ministros del Eurogrupo designen por mayoría simple a un nuevo presidente en la reunión del 11 de diciembre, quien comenzará oficialmente el 12 de diciembre y tendrá una duración de dos años y medio.
En este momento, España seguirá trabajando para mantener una presencia “significativa e influyente” en los principales organismos económicos y financieros de la UE. El objetivo es que la voz española contribuya a una Europa “más fuerte y cohesionada”.
Hasta hace poco, Cuerpo había postulado como candidato a presidir el Eurogrupo sin éxito. En julio, Donohoe había renovado su mandato por consenso y se había impuesto sobre la española Nadia Calviño en el puesto que ocupaba desde 2020. Tras su dimisión en noviembre, Makis Keravnos asumió la presidencia en funciones del Eurogrupo.
La renuncia de Donohoe había sido un sorpresa para muchos, ya que apenas había estrenado ese nuevo mandato de dos años y medio. Ahora es probable que los ministros del Eurogrupo designen por mayoría simple a un nuevo presidente en la reunión del 11 de diciembre, quien comenzará oficialmente el 12 de diciembre y tendrá una duración de dos años y medio.
En este momento, España seguirá trabajando para mantener una presencia “significativa e influyente” en los principales organismos económicos y financieros de la UE. El objetivo es que la voz española contribuya a una Europa “más fuerte y cohesionada”.