Carles Armengol: “Dar de comer a la gente del barrio hoy es casi un gesto antisistema”

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"En el libro 'Matar un bar', Carles Armengol reflexiona sobre la agonía del ecosistema de los bares de barrio y cómo su dignificación puede pasar por devolverles su lado más humano. El autor, psicólogo y "niño de bar", considera que el anfitrión es clave para crear un ambiente auténtico, ya que la profesionalización del oficio puede llevar a una pérdida de personalidad.

El libro explora la transformación de la hostelería contemporánea desde la explotación hasta la pérdida del sentido comunitario. Armengol critica la "neo-tabernización" impostada por los bares que buscan atraer al turismo y se enfoca en la búsqueda de un espacio de encuentro donde la gente pueda sentirse en casa.

El autor destaca cómo el turismo homogeniza las ciudades, haciendo que todos los bares sean iguales y perdiendo su personalidad. Se refiere específicamente a la tendencia de los bares a ofrecer platos 'aspiracionales', como guisos tradicionales o platos con vinagreta, en lugar de servir comidas caseras.

Armengol también destaca el problema de la conciliación, que le recuerda al autor a sus padres que siempre abrieron su bar cuando era tarde y cuando terminaba las 24 horas. Ahora se está ganando dinero con la peña del bar, donde el dueño pide a los trabajadores para que tomen vacaciones.

En cuanto a cómo abrir un bar, Armengol destaca la importancia de valorar tus puntos fuertes y no autoexplotarte. La clave es encontrar personas que te apoyen y te guíen en tu viaje como dueño del bar.
 
🤔 Esto me recuerda a cuando era chico y mi abuelo abría su bar por las tardes, todos los vecinos se reunían allí y eran personas de verdad, no esas mentiras de turismo que intentan hacer que los bares sean iguales. Me gusta cómo el autor destaca la importancia de crear un ambiente humano, no solo para los clientes sino también para los trabajadores, porque a veces me parece que se olvidan que son humanos también 🤝. Y sí, la conciliación es un problema grave, ¿por qué no podemos encontrar una forma de que los dueños y los trabajadores tengan más equilibrio? 🙄
 
La cosa que más me llama la atención es cuando el autor dice que la profesionalización del oficio puede llevar a una pérdida de personalidad, ¿no? Recuerdo cuando mis abuelos tenían el bar en el barrio, siempre lo abrían con una sonrisa y una palabra amable para todos. Ahora, los jóvenes dueños de bares se preocupan solo por ganar dinero y no tienen tiempo para eso... 🤷‍♂️ La moraleja es que hay que encontrar un equilibrio entre trabajar duro y mantener el alma del negocio, ¿entiendes?
 
🍺😒 Aquí va el punto: los bares son para sentirse como en casa, pero ¿qué pasa cuando todos se ponen iguales? 🤦‍♂️ Se necesita un poco de personalidad, un poco de pasión... Y no solo eso, también necesitas saber cuándo dejar que las cosas se sequen. 💔
 
Me parece genial el enfoque de Carles Armengol sobre devolver a los bares su lado humano, ya sabes, donde la gente se sienta en casa y no solo sea un espacio para tomar una caña 🤩. Me acuerdo de cuando era pequeño y mi barrio tenía esos bares donde el dueño sabía todo sobre la gente del lugar y siempre tenían una historia que contar. Es como si estuvieran viviendo, no solo sirviendo bebidas 🍺. Yo creo que es hora de darle vuelta a la forma en que las personas disfrutan de un buen bar, donde sea más que justamente tomar un trago.
 
Me llena de rabia pensar en todos esos bares que están perdendo su alma, ¡están convertidos en parques turísticos! 🤯 Recuerdo cuando era pequeño y siempre me sentía en casa en el bar de mi vecino, ahora ya no es eso. Quiero ir a un lugar donde puedo sentirme como en casa, no a uno que solo está allí para servir comida y bebida a los turistas.
 
Me parece que Carles Armengol tiene razón, estos bares que están pensando en el turismo y en ganar más dinero de una manera que se siente 'aspiracional' están perdiendo lo que hace que un bar sea auténtico, la persona. Yo recuerdo cuando era joven y mi amigo iba a su bar con sus amigos todos los sábados y era como una fiesta, había música, buena comida y personas que te conocían. Ahora en mis bares es diferente, siempre hay alguien de más.
 
Me parece genial que alguien se esté preocupando por los bares de barrio 🍺👍. En mi opinión, la cuestión no es solo la profesionalización del oficio, sino también la relación entre el dueño y la gente que va allí a pasar tiempo. Un bar debe ser un espacio donde las personas se sientan cómodas como en casa, sin que haya nadie que esté siempre "en función". La conciliación es un problema grave, ya que hace que los trabajadores se sientan apretados y no puedan disfrutar de su propio lugar. Si bien la tendencia a los platos "aspiracionales" puede ser un poco excesiva, creo que lo importante es encontrar el equilibrio entre la calidad y la autenticidad. Alguien como Carles Armengol nos recuerda que hay que valorar nuestro tiempo y no autoexplotirnos, porque si no, el bar se vuelve solo una fábrica de dinero.
 
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