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La cumbre climática de Belém, en Brasil, está a punto de comenzar con la sensación de urgencia planetaria. La ciencia advierte de que estamos ante una situación de emergencia climática que avanza a pasos agigantados. A pesar de esto, políticos como Donald Trump han bloqueado cualquier acción clara y concreta.
La cumbre busca acelerar el recorte de emisiones y avanzar en la adaptación climática. La ciudad brasilera de Belém se prepara para acoger a diplomáticos de todo el mundo, quienes se reunirán para debatir sobre cómo avanzar en este sentido.
Sin embargo, la postura negacionista de Trump y políticas similares en otros países preocupa a los expertos. La falta de un liderazgo climático claro es otro gran problema. Hay quien confía en que Europa asumirá el papel de líder global en el combate al cambio climático.
El objetivo de la cumbre es establecer una agenda global de medidas y indicadores para evaluar los progresos en adaptación climática. También hay un plan para movilizar fondos a gran escala para implementar todas las acciones planteadas durante la cumbre.
La presidencia brasileña ha anunciado que se trabajará en la "hoja de ruta Baku–Belém" para estudiar cómo coordinar la financiación pública y privada necesaria para cumplir con este objetivo. También se esperan mesas de trabajo paralelas para intentar movilizar fondos a gran escala.
La cumbre tiene una tarea monumental por delante: convertir las promesas en hechos. La adaptación climática no es un coste, sino una inversión que puede generar beneficios económicos y evitar pérdidas y daños.
La cumbre busca acelerar el recorte de emisiones y avanzar en la adaptación climática. La ciudad brasilera de Belém se prepara para acoger a diplomáticos de todo el mundo, quienes se reunirán para debatir sobre cómo avanzar en este sentido.
Sin embargo, la postura negacionista de Trump y políticas similares en otros países preocupa a los expertos. La falta de un liderazgo climático claro es otro gran problema. Hay quien confía en que Europa asumirá el papel de líder global en el combate al cambio climático.
El objetivo de la cumbre es establecer una agenda global de medidas y indicadores para evaluar los progresos en adaptación climática. También hay un plan para movilizar fondos a gran escala para implementar todas las acciones planteadas durante la cumbre.
La presidencia brasileña ha anunciado que se trabajará en la "hoja de ruta Baku–Belém" para estudiar cómo coordinar la financiación pública y privada necesaria para cumplir con este objetivo. También se esperan mesas de trabajo paralelas para intentar movilizar fondos a gran escala.
La cumbre tiene una tarea monumental por delante: convertir las promesas en hechos. La adaptación climática no es un coste, sino una inversión que puede generar beneficios económicos y evitar pérdidas y daños.