CharlaDelPueblo
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La monarquía, un manto de oro y una máscara de hielo. Bárbara Arena nos presenta un retrato sinóptico del rey Juan Carlos en su novela "Un adiós". Un hombre intocable que ha dejado huella indeleble en la historia reciente del país, un personaje en el que sabemos todo y nada a la vez.
"El rey siempre se mantuvo al nivel del juego", explica Arena, quien describe su relación con Juan Carlos de Borbón como "extremadamente tensa". Un hombre rodeado de ritual y formalidad, cuya vida privada era un misterio en el que solo unos pocos tenían acceso.
La autora nos presenta una España dividida entre los que celebran la monarquía como símbolo de estabilidad y los que la ven como producto del pasado. A este debate Arena le sume su propia experiencia, en la cual vio cómo su clase social se dividía por este tema desde muy joven.
"Ahora veo compasión y pena por él", dice Bárbara Arena sobre el rey. Una opinión que no es exclusiva de ella, ya que a su alrededor, hay una doble fuerza en el salón: de la defensa del rey y de la desconfianza hacia él.
"La monarquía es algo que se ha ido descomponiendo", afirma Arena. Y es cierto, los últimos años han sido testigos de un debilitamiento progresivo del poder real. Un poder en el que el rey Juan Carlos ha jugado un papel crucial, especialmente durante la Transición española.
En su novela "Un adiós" Bárbara Arena nos presenta una España más matizada, donde la monarquía es solo una de las muchas facetas de una sociedad en constante evolución. Una sociedad que se debate entre la tradición y el cambio.
Y es aquí donde llega la pregunta: ¿qué papel jugará el rey Juan Carlos en la historia reciente del país? La respuesta, según Bárbara Arena, no la tiene, pero sí sabe qué haría si tuviera que decidirlo. "En mi opinión", dice Arena "el rey nunca ha sido un hombre de la justicia".
Arena, autora de esta novela que forma parte de la colección Episodios Nacionales de Lengua de Trapo-Círculo de Bellas Artes, nos presenta una España en proceso de reinventación. Una España que se debate entre la tradición y el cambio. Y es aquí donde vemos a un hombre rodeado de ritual y formalidad, pero también rodeado del misterio y la ambigüedad que siempre ha acompañado al poder real.
"El rey siempre se mantuvo al nivel del juego", explica Arena, quien describe su relación con Juan Carlos de Borbón como "extremadamente tensa". Un hombre rodeado de ritual y formalidad, cuya vida privada era un misterio en el que solo unos pocos tenían acceso.
La autora nos presenta una España dividida entre los que celebran la monarquía como símbolo de estabilidad y los que la ven como producto del pasado. A este debate Arena le sume su propia experiencia, en la cual vio cómo su clase social se dividía por este tema desde muy joven.
"Ahora veo compasión y pena por él", dice Bárbara Arena sobre el rey. Una opinión que no es exclusiva de ella, ya que a su alrededor, hay una doble fuerza en el salón: de la defensa del rey y de la desconfianza hacia él.
"La monarquía es algo que se ha ido descomponiendo", afirma Arena. Y es cierto, los últimos años han sido testigos de un debilitamiento progresivo del poder real. Un poder en el que el rey Juan Carlos ha jugado un papel crucial, especialmente durante la Transición española.
En su novela "Un adiós" Bárbara Arena nos presenta una España más matizada, donde la monarquía es solo una de las muchas facetas de una sociedad en constante evolución. Una sociedad que se debate entre la tradición y el cambio.
Y es aquí donde llega la pregunta: ¿qué papel jugará el rey Juan Carlos en la historia reciente del país? La respuesta, según Bárbara Arena, no la tiene, pero sí sabe qué haría si tuviera que decidirlo. "En mi opinión", dice Arena "el rey nunca ha sido un hombre de la justicia".
Arena, autora de esta novela que forma parte de la colección Episodios Nacionales de Lengua de Trapo-Círculo de Bellas Artes, nos presenta una España en proceso de reinventación. Una España que se debate entre la tradición y el cambio. Y es aquí donde vemos a un hombre rodeado de ritual y formalidad, pero también rodeado del misterio y la ambigüedad que siempre ha acompañado al poder real.