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El gobierno andaluz había ordenado dejar de notificar a las mujeres porque “lo haría la nueva empresa”, pero no informaba sobre su condición. La Junta andaluza se había dado cuenta de que la nueva empresa japonesa NTT Data estaba fallando en el sistema informático y decidió desactivar algunas comisiones de seguimiento donde los expertos compartían información relevante.
El cambio de gestión informática del programa de cribado de cáncer de mama coincidió con el inicio de la realización de mamografías en una unidad móvil privada. La decisión de dejar de alertar a esas mujeres pendientes de confirmar su diagnóstico se tomó a principios de 2022, en el hospital sevillano Virgen del Rocío, cuando era consejero de Salud y Consumo Jesús Aguirre.
Los fallos en el sistema informático y las malas decisiones de los gestores sanitarios están detrás de los retrasos masivos en el cribado. El programa informático donde los radiólogos vuelcan las mamografías ha dado fallos muy graves desde que lo gestiona NTT Data.
La multinacional japonesa echa balones fuera sobre su responsabilidad, afirmando que no tiene contacto directo con los pacientes y que la decisión de dejar de notificar a las mujeres fue tomada por altos cargos del hospital. Sin embargo, se han encontrado casos de mujeres que han sido excluidas del programa informático y que han tenido que esperar años para saber su condición.
La falta de controles de calidad y la fragmentación organizativa de los circuitos asistenciales son la clave que explica la deriva en la actual crisis. La pérdida de los protocolos con los que cada hospital adaptaba a sus condiciones al Proceso Asistencial Integrado (PAI) contra el cáncer es otra causa importante.
La eliminación de la exclusividad o la compatibilidad de los jefes de servicio de la sanidad pública con la privada ha provocado una disminución de la productividad de los trabajadores de la plantilla del SAS, que también afecta a la forma en la que se desarrolla toda la cadena del proceso de cribado en el cáncer de mama.
El gobierno andaluz ha reconocido que nadie avisó a esas pacientes con diagnósticos pendientes de revisión, pero no ha explicado por qué ocurrió el fallo masivo. Los responsables políticos del Ejecutivo andaluz han reconocido que la pérdida de los protocolos con los que cada hospital adaptaba a sus condiciones al PAI contra el cáncer es una causa importante.
La situación es grave y requiere una acción inmediata para evitar que más mujeres sufran las consecuencias del retraso en el cribado. Es fundamental que se investiguen los fallos en el sistema informático y se tomen medidas para mejorar la calidad del servicio de salud pública andaluza.
El cambio de gestión informática del programa de cribado de cáncer de mama coincidió con el inicio de la realización de mamografías en una unidad móvil privada. La decisión de dejar de alertar a esas mujeres pendientes de confirmar su diagnóstico se tomó a principios de 2022, en el hospital sevillano Virgen del Rocío, cuando era consejero de Salud y Consumo Jesús Aguirre.
Los fallos en el sistema informático y las malas decisiones de los gestores sanitarios están detrás de los retrasos masivos en el cribado. El programa informático donde los radiólogos vuelcan las mamografías ha dado fallos muy graves desde que lo gestiona NTT Data.
La multinacional japonesa echa balones fuera sobre su responsabilidad, afirmando que no tiene contacto directo con los pacientes y que la decisión de dejar de notificar a las mujeres fue tomada por altos cargos del hospital. Sin embargo, se han encontrado casos de mujeres que han sido excluidas del programa informático y que han tenido que esperar años para saber su condición.
La falta de controles de calidad y la fragmentación organizativa de los circuitos asistenciales son la clave que explica la deriva en la actual crisis. La pérdida de los protocolos con los que cada hospital adaptaba a sus condiciones al Proceso Asistencial Integrado (PAI) contra el cáncer es otra causa importante.
La eliminación de la exclusividad o la compatibilidad de los jefes de servicio de la sanidad pública con la privada ha provocado una disminución de la productividad de los trabajadores de la plantilla del SAS, que también afecta a la forma en la que se desarrolla toda la cadena del proceso de cribado en el cáncer de mama.
El gobierno andaluz ha reconocido que nadie avisó a esas pacientes con diagnósticos pendientes de revisión, pero no ha explicado por qué ocurrió el fallo masivo. Los responsables políticos del Ejecutivo andaluz han reconocido que la pérdida de los protocolos con los que cada hospital adaptaba a sus condiciones al PAI contra el cáncer es una causa importante.
La situación es grave y requiere una acción inmediata para evitar que más mujeres sufran las consecuencias del retraso en el cribado. Es fundamental que se investiguen los fallos en el sistema informático y se tomen medidas para mejorar la calidad del servicio de salud pública andaluza.