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"Riego semanal: el error más común en el cuidado de las plantas"
En un mundo donde la automatización y la rutina pueden ser beneficiosos, hay uno que vale la pena cuestionar: regar las plantas una vez por semana. Según Álvaro Pedrera, experto en jardinería, esta práctica se ha convertido en una costumbre sin pensar en los efectos reales sobre el bienestar de la planta.
La verdad es que las plantas no entienden de calendarios, y su entorno cambia a un ritmo que puede pasar desapercibido para nuestro ojo. Por lo tanto, no hay una respuesta única para todos los casos, ya que cada especie tiene sus propias necesidades en cuanto a riego. Algunas plantas, como las cactus y las suculentas, son extremadamente resistentes a la sequía y solo requieren un poco de humedad. Por otro lado, las tropicales precisan un ambiente constantemente húmedo.
La clave aquí es desarrollar una observación activa del cuidado de tus plantas, revisando periódicamente si la tierra está seca o húmeda, comprobar el peso del tiesto y observar el estado de las hojas. Un dedo introducido unos centímetros en la tierra puede revelar si la planta necesita agua. Si aún conserva humedad, es mejor esperar unos días.
Sin embargo, no todos los casos son tan sencillos. Los síntomas de un exceso de agua pueden ser confusos, como hojas amarillentas, tallos blandos o una capa de moho en la superficie del sustrato. Además, el exceso de agua puede provocar daños a las raíces y debilitar el follaje.
El experto asegura que el riego semanal es uno de los errores más comunes en el mantenimiento de las plantas, pero no hay una solución única. En cambio, es importante encontrar un equilibrio saludable, observando las señales de alarma de la planta y adaptándose a sus necesidades específicas.
Así que, ¿cuándo toca regar las plantas? La respuesta es simple: cuando sea necesario. En lugar de seguir un calendario rígido, debemos observar el sustrato y la respuesta de la planta para determinar cuándo es el momento perfecto para regarlas.
En un mundo donde la automatización y la rutina pueden ser beneficiosos, hay uno que vale la pena cuestionar: regar las plantas una vez por semana. Según Álvaro Pedrera, experto en jardinería, esta práctica se ha convertido en una costumbre sin pensar en los efectos reales sobre el bienestar de la planta.
La verdad es que las plantas no entienden de calendarios, y su entorno cambia a un ritmo que puede pasar desapercibido para nuestro ojo. Por lo tanto, no hay una respuesta única para todos los casos, ya que cada especie tiene sus propias necesidades en cuanto a riego. Algunas plantas, como las cactus y las suculentas, son extremadamente resistentes a la sequía y solo requieren un poco de humedad. Por otro lado, las tropicales precisan un ambiente constantemente húmedo.
La clave aquí es desarrollar una observación activa del cuidado de tus plantas, revisando periódicamente si la tierra está seca o húmeda, comprobar el peso del tiesto y observar el estado de las hojas. Un dedo introducido unos centímetros en la tierra puede revelar si la planta necesita agua. Si aún conserva humedad, es mejor esperar unos días.
Sin embargo, no todos los casos son tan sencillos. Los síntomas de un exceso de agua pueden ser confusos, como hojas amarillentas, tallos blandos o una capa de moho en la superficie del sustrato. Además, el exceso de agua puede provocar daños a las raíces y debilitar el follaje.
El experto asegura que el riego semanal es uno de los errores más comunes en el mantenimiento de las plantas, pero no hay una solución única. En cambio, es importante encontrar un equilibrio saludable, observando las señales de alarma de la planta y adaptándose a sus necesidades específicas.
Así que, ¿cuándo toca regar las plantas? La respuesta es simple: cuando sea necesario. En lugar de seguir un calendario rígido, debemos observar el sustrato y la respuesta de la planta para determinar cuándo es el momento perfecto para regarlas.