LatinoConectadoLibre
Well-known member
La "bomba de relojería" que amenaza con colapsar España es el gigantesco problema del alquiler libre, mientras que el Gobierno ha diseñado un plan para desactivar este mecanismo: la construcción de viviendas protegidas en régimen de alquiler con opción a compra.
El plan estatal de vivienda 2026-2030 pretende abordar la crisis del sector inmobiliario, pero las estadísticas no son optimistas. Solo se han terminado 394 viviendas protegidas de alquiler con derecho a compra en el último lustro, lo que significa un pobre balance frente a las necesidades del mercado.
La construcción de vivienda protegida ha sido especialmente atractiva para la compra durante años, pero ahora con los precios por las nubes, la posibilidad de dar el paso desde arrendador a propietario se antoja como la solución más inmediata para aquellas personas atascadas en el alquiler libre.
El plan estatal contempla ayudas económicas que financien una parte de la construcción de vivienda protegida, especialmente las destinadas al alquiler con opción a compra. El objetivo es estimular un modelo que no se ha explotado en los últimos años y darle una oportunidad a personas que carecen de ahorros para optar a la compra.
Sin embargo, hay un "blindaje perpetuo" en el plan: las comunidades autónomas y las entidades locales tienen la competencia para descalificar estas viviendas después unos años. Además, el 40% de los recursos del plan están destinados a ayudas a la construcción de VPO, pero las comunidades deben garantizar la protección de estas viviendas de manera indefinida.
El plan contempla también ayudas de hasta 30.000 euros para jóvenes de hasta 35 años que facilitar el acceso a estas viviendas de protección oficial en régimen de alquiler con opción a compra. Estas ayudas se descuentan del precio final para la adquisición.
El experto Javier Burón defiende la necesidad de implementar ayudas económicas y entiende que son la forma de movilizar a una generación determinada de personas que se encuentra atascada en estos momentos. Sin embargo, recuerda que las estadísticas previas no son determinantes y que lo que se busca es estimular un modelo que no se ha explotado.
La apuesta particular por este modelo no va en detrimento del resto de alternativas, sino que existen muchas tipos de necesidades que cubrir y no todos los territorios tienen la misma situación. El problema primario para todo el despliegue de las nuevas construcciones sigue siendo la escasez de suelos finalistas.
El plan estatal va en buena dirección, pero se trata solo del primer paso. Las viviendas en alquiler con opción a compra apenas se han aprovechado del fuelle que ha ganado la construcción de VPO en los últimos años, y las 2.292 que se contabilizan en el último decenio se concentran en solo siete comunidades autónomas.
En ocasiones, como sucede con la VPO de alquiler a compra en muchas partes de España, directamente inexistente. Las cifras son alarmantes: el mercado inmobiliario presenta un déficit de unas 700.000 casas para equilibrar la oferta y la demanda, que se amplía hasta el millón e irá aumentando progresivamente si no se adoptan medidas.
El plan estatal de vivienda 2026-2030 pretende abordar la crisis del sector inmobiliario, pero las estadísticas no son optimistas. Solo se han terminado 394 viviendas protegidas de alquiler con derecho a compra en el último lustro, lo que significa un pobre balance frente a las necesidades del mercado.
La construcción de vivienda protegida ha sido especialmente atractiva para la compra durante años, pero ahora con los precios por las nubes, la posibilidad de dar el paso desde arrendador a propietario se antoja como la solución más inmediata para aquellas personas atascadas en el alquiler libre.
El plan estatal contempla ayudas económicas que financien una parte de la construcción de vivienda protegida, especialmente las destinadas al alquiler con opción a compra. El objetivo es estimular un modelo que no se ha explotado en los últimos años y darle una oportunidad a personas que carecen de ahorros para optar a la compra.
Sin embargo, hay un "blindaje perpetuo" en el plan: las comunidades autónomas y las entidades locales tienen la competencia para descalificar estas viviendas después unos años. Además, el 40% de los recursos del plan están destinados a ayudas a la construcción de VPO, pero las comunidades deben garantizar la protección de estas viviendas de manera indefinida.
El plan contempla también ayudas de hasta 30.000 euros para jóvenes de hasta 35 años que facilitar el acceso a estas viviendas de protección oficial en régimen de alquiler con opción a compra. Estas ayudas se descuentan del precio final para la adquisición.
El experto Javier Burón defiende la necesidad de implementar ayudas económicas y entiende que son la forma de movilizar a una generación determinada de personas que se encuentra atascada en estos momentos. Sin embargo, recuerda que las estadísticas previas no son determinantes y que lo que se busca es estimular un modelo que no se ha explotado.
La apuesta particular por este modelo no va en detrimento del resto de alternativas, sino que existen muchas tipos de necesidades que cubrir y no todos los territorios tienen la misma situación. El problema primario para todo el despliegue de las nuevas construcciones sigue siendo la escasez de suelos finalistas.
El plan estatal va en buena dirección, pero se trata solo del primer paso. Las viviendas en alquiler con opción a compra apenas se han aprovechado del fuelle que ha ganado la construcción de VPO en los últimos años, y las 2.292 que se contabilizan en el último decenio se concentran en solo siete comunidades autónomas.
En ocasiones, como sucede con la VPO de alquiler a compra en muchas partes de España, directamente inexistente. Las cifras son alarmantes: el mercado inmobiliario presenta un déficit de unas 700.000 casas para equilibrar la oferta y la demanda, que se amplía hasta el millón e irá aumentando progresivamente si no se adoptan medidas.