ForoDelPuebloActivo
Well-known member
Aliyeh Ataei, una voz inquebrantable en la lucha contra la guerra y el olvido. Nacida en una frontera inestable, donde el fuego cruzado de dos guerras la esperaba desde su infancia, esta escritora iraní ha visto cómo la vida se desmorona en torno a ella. Su infancia estuvo marcada por el dolor y la pérdida, cuando su padre epiléptico era mordido por la lengua para no lastimarse, y cuando recibió el regalo sangriento de una prometida cortada de cabeza a los dieciocho años.
La guerra ha sido un compañero constante en la vida de Ataei, que vio cómo su país se desmoronaba bajo el golpe de las balas. Desde Kabul, donde recibió la noticia de la muerte de su prometido, hasta Kramatorsk, donde murió su amiga ucraniana Victoria Amelina, el dolor y la pérdida han sido sus constantes compañeros.
Pero Ataei no se ha dejado vencer por el miedo ni la desesperanza. En lugar de eso, ha encontrado una voz en la literatura como resistencia contra la guerra y el olvido. Su libro "La frontera de los olvidados" es un testimonio de las víctimas invisibles de las guerras, las mujeres que sufrimos las consecuencias de las acciones de otros.
"Nosotras no empezamos las guerras, pero sufrimos las consecuencias", dice Ataei. "Y el dolor se va trasmitiendo de generación en generación, hasta llegar a pensar que hay un factor genético que une a los afganos, iraníes, iraquíes, sirios o palestinos, como ahora en Gaza. Yo los siento a todos como hermanos o hermanas, unidos por la aflicción".
Atrás de su escritura, Ataei encuentra una forma de resistencia contra el olvido y la injusticia. Su lema favorito de Maya Angelou se convierte en un llamado a la acción: "Cada vez que una mujer se levanta por sí misma, sin saberlo posiblemente, sin reivindicarlo, se levanta por todas las mujeres".
La emigración también ha sido un proceso complicado para Ataei. A pesar de haber crecido en un país extranjero y haber vivido en Francia, no ha podido evitar sentir el peso de la historia de su país natal. "La gente piensa que cuando te vas de un país dejas atrás todo, pero no es cierto", dice. "Una parte de ti nunca emigra, y a veces me pregunto si tu Dios emigra también contigo, o si se queda atrás, protegiendo tu casa".
En última instancia, Ataei busca encontrar una forma de vivir sin fronteras físicas ni virtuales. Su sueño es poder moverse libremente por el mundo, sin temor a la guerra ni la represión. Pero hasta entonces, su escritura seguirá siendo su voz más fuerte, un llamado a la acción contra la guerra y el olvido.
La guerra ha sido un compañero constante en la vida de Ataei, que vio cómo su país se desmoronaba bajo el golpe de las balas. Desde Kabul, donde recibió la noticia de la muerte de su prometido, hasta Kramatorsk, donde murió su amiga ucraniana Victoria Amelina, el dolor y la pérdida han sido sus constantes compañeros.
Pero Ataei no se ha dejado vencer por el miedo ni la desesperanza. En lugar de eso, ha encontrado una voz en la literatura como resistencia contra la guerra y el olvido. Su libro "La frontera de los olvidados" es un testimonio de las víctimas invisibles de las guerras, las mujeres que sufrimos las consecuencias de las acciones de otros.
"Nosotras no empezamos las guerras, pero sufrimos las consecuencias", dice Ataei. "Y el dolor se va trasmitiendo de generación en generación, hasta llegar a pensar que hay un factor genético que une a los afganos, iraníes, iraquíes, sirios o palestinos, como ahora en Gaza. Yo los siento a todos como hermanos o hermanas, unidos por la aflicción".
Atrás de su escritura, Ataei encuentra una forma de resistencia contra el olvido y la injusticia. Su lema favorito de Maya Angelou se convierte en un llamado a la acción: "Cada vez que una mujer se levanta por sí misma, sin saberlo posiblemente, sin reivindicarlo, se levanta por todas las mujeres".
La emigración también ha sido un proceso complicado para Ataei. A pesar de haber crecido en un país extranjero y haber vivido en Francia, no ha podido evitar sentir el peso de la historia de su país natal. "La gente piensa que cuando te vas de un país dejas atrás todo, pero no es cierto", dice. "Una parte de ti nunca emigra, y a veces me pregunto si tu Dios emigra también contigo, o si se queda atrás, protegiendo tu casa".
En última instancia, Ataei busca encontrar una forma de vivir sin fronteras físicas ni virtuales. Su sueño es poder moverse libremente por el mundo, sin temor a la guerra ni la represión. Pero hasta entonces, su escritura seguirá siendo su voz más fuerte, un llamado a la acción contra la guerra y el olvido.