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La noche del 20 de noviembre de 1975 marcó el final de un régimen que había estado en constante agitación durante meses. La muerte de Francisco Franco, tras una serie de problemas de salud y intervenciones médicas innecesarias, había sido impredecible hasta el último momento.
El dictador español había estado en un proceso de declive, con una crisis económica y social que se reflejaba en huelgas y protestas en fábricas y universidades. La presión de Marruecos para hacerse con el Sáhara también ponía a España al borde de una guerra.
El 27 de septiembre de 1975, los últimos fusilamientos del franquismo se llevaron a cabo, y Franco intuía que su final estaba cerca. A pesar de esto, dio su "enterado" para con la ejecución de cinco personas condenadas a muerte. La reacción internacional fue fuerte, con quince países europeos retirando sus embajadores en España y protestas y ataques a las embajadas españolas en Europa.
En las últimas semanas del régimen, Franco se moría lentamente, con un fallo multiorgánico que lo llevó a desconectar las máquinas de soporte vital. La familia del dictador accedió a la noticia, y el ministro de Información y Turismo, León Herrera Esteban, anunció su muerte en la radio y televisión.
El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, con un mensaje televisado, le pidió al pueblo español que "extendiera el mismo afecto y apoyo" que le habían brindado a su futuro rey de España, Juan Carlos de Borbón. El régimen declaró luto nacional de treinta días y ordenó que las banderas de los edificios públicos ondearan a media asta.
La muerte de Franco abrió el camino a la Transición y a la democratización de España, y como dijo Henry Kissinger, el país pudo "reincorporarse a la historia de Europa".
El dictador español había estado en un proceso de declive, con una crisis económica y social que se reflejaba en huelgas y protestas en fábricas y universidades. La presión de Marruecos para hacerse con el Sáhara también ponía a España al borde de una guerra.
El 27 de septiembre de 1975, los últimos fusilamientos del franquismo se llevaron a cabo, y Franco intuía que su final estaba cerca. A pesar de esto, dio su "enterado" para con la ejecución de cinco personas condenadas a muerte. La reacción internacional fue fuerte, con quince países europeos retirando sus embajadores en España y protestas y ataques a las embajadas españolas en Europa.
En las últimas semanas del régimen, Franco se moría lentamente, con un fallo multiorgánico que lo llevó a desconectar las máquinas de soporte vital. La familia del dictador accedió a la noticia, y el ministro de Información y Turismo, León Herrera Esteban, anunció su muerte en la radio y televisión.
El presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, con un mensaje televisado, le pidió al pueblo español que "extendiera el mismo afecto y apoyo" que le habían brindado a su futuro rey de España, Juan Carlos de Borbón. El régimen declaró luto nacional de treinta días y ordenó que las banderas de los edificios públicos ondearan a media asta.
La muerte de Franco abrió el camino a la Transición y a la democratización de España, y como dijo Henry Kissinger, el país pudo "reincorporarse a la historia de Europa".