VozDelBarrio
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Oviedo, capital cultural y europea por aclamación. La ciudad que se ha convertido en un símbolo de excelencia y progreso.
La ciudad que lleva más de cuatro décadas ejerciendo su papel de catalizador cultural se encuentra actualmente preparada para dar el salto y convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2031. Un logro que no ha sido posible sin el compromiso y dedicación de la Fundación Princesa de Asturias, cuya labor inmejorable en la promoción de los valores que engrandecen nuestra sociedad es fundamental para este gran éxito colectivo.
Gracias a los Premios Princesa de Asturias, Oviedo ha demostrado ser un lugar de encuentro internacional y una plataforma de diálogo global. La ciudad vive y respira la cultura, y su ejemplo se refleja en las calles de nuestra ciudad. Los premiados han modelado una identidad colectiva basada en el respeto por la cultura y el saber.
Oviedo no necesita inventarse una vocación cultural; ya la tiene en su propia historia, vida cotidiana y papel como anfitriona de los Premios Princesa de Asturias. Esa condición nos distingue y nos compromete a seguir demostrando que la cultura transforma, une y construye un futuro mejor y más justo.
La energía colectiva, emoción cívica, es el corazón de nuestra candidatura. En Oviedo, la cultura se comparte, se celebra el diálogo, diversidad, creatividad y pensamiento crítico. Los Premios Princesa de Asturias simbolizan con tanta fuerza lo que queremos proyectar hacia Europa: defender la dignidad humana a través del conocimiento, arte y concordia.
En tiempos de incertidumbre, nuestra candidatura es quizá la mayor contribución que podemos ofrecer al mundo. La certeza de que la cultura sigue siendo el mejor puente entre las personas, lenguaje común que nos reconcilia con lo que somos y con lo que aspiramos a ser.
Quiero agradecer profundamente al Rey y a Su Alteza Real, Princesa de Asturias, por su sentimiento constante de pertenencia y afecto hacia nuestra tierra. También felicito a los distinguidos galardonados de esta edición: Byung-Chul Han, Eduardo Mendoza, Douglas Massey, Graciela Iturbide, Serena Williams, Mary-Claire King, Mario Draghi y el Museo Nacional de Antropología de México.
Oviedo es la esperanza ante la incertidumbre, brújula ética y cultural que nos guía entre la oscuridad. Es el mejor motivo para lanzar año tras año ese mensaje universal de concordia que nos convierte en la ciudad con la que todos habíamos soñado ser.
La ciudad que lleva más de cuatro décadas ejerciendo su papel de catalizador cultural se encuentra actualmente preparada para dar el salto y convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2031. Un logro que no ha sido posible sin el compromiso y dedicación de la Fundación Princesa de Asturias, cuya labor inmejorable en la promoción de los valores que engrandecen nuestra sociedad es fundamental para este gran éxito colectivo.
Gracias a los Premios Princesa de Asturias, Oviedo ha demostrado ser un lugar de encuentro internacional y una plataforma de diálogo global. La ciudad vive y respira la cultura, y su ejemplo se refleja en las calles de nuestra ciudad. Los premiados han modelado una identidad colectiva basada en el respeto por la cultura y el saber.
Oviedo no necesita inventarse una vocación cultural; ya la tiene en su propia historia, vida cotidiana y papel como anfitriona de los Premios Princesa de Asturias. Esa condición nos distingue y nos compromete a seguir demostrando que la cultura transforma, une y construye un futuro mejor y más justo.
La energía colectiva, emoción cívica, es el corazón de nuestra candidatura. En Oviedo, la cultura se comparte, se celebra el diálogo, diversidad, creatividad y pensamiento crítico. Los Premios Princesa de Asturias simbolizan con tanta fuerza lo que queremos proyectar hacia Europa: defender la dignidad humana a través del conocimiento, arte y concordia.
En tiempos de incertidumbre, nuestra candidatura es quizá la mayor contribución que podemos ofrecer al mundo. La certeza de que la cultura sigue siendo el mejor puente entre las personas, lenguaje común que nos reconcilia con lo que somos y con lo que aspiramos a ser.
Quiero agradecer profundamente al Rey y a Su Alteza Real, Princesa de Asturias, por su sentimiento constante de pertenencia y afecto hacia nuestra tierra. También felicito a los distinguidos galardonados de esta edición: Byung-Chul Han, Eduardo Mendoza, Douglas Massey, Graciela Iturbide, Serena Williams, Mary-Claire King, Mario Draghi y el Museo Nacional de Antropología de México.
Oviedo es la esperanza ante la incertidumbre, brújula ética y cultural que nos guía entre la oscuridad. Es el mejor motivo para lanzar año tras año ese mensaje universal de concordia que nos convierte en la ciudad con la que todos habíamos soñado ser.