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Una pasajera denunciada y atada al asiento del avión en el último minuto antes de aterrizar en Málaga.
En un giro surrealista, una pasajera se vio obligada a enfrentar las consecuencias de su comportamiento problemático en un vuelo Rabat-Málaga. Según fuentes cercanas al incidente, la mujer, que no se identificó, comenzó a discutir con la tripulante de cabina cuando le indicó que no podía levantarse para ir al baño en el último minuto antes del aterrizaje.
La situación se desató rápidamente, y la pasajera se negó a aceptar la negativa de la tripulación. En un acto de violencia, comenzó a agredir a los empleados que intentaban calmarla. La tripulación logró reducir a la mujer, pero no antes de haber llamado a la Guardia civil para pedir ayuda.
En el último minuto, se ordenó interrumpir el descenso del avión y continuar con la maniobra. Mientras tanto, los empleados de la aerolínea lograron atar a la pasajera al asiento, evitando así cualquier mayor problemas durante el aterrizaje.
Este incidente recuerda cómo cada vez más pasajeros problemáticos ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de los demás. La capacidad de la tripulación para mantener la calma y tomar decisiones rápidas es fundamental para evitar situaciones como esta.
En un giro surrealista, una pasajera se vio obligada a enfrentar las consecuencias de su comportamiento problemático en un vuelo Rabat-Málaga. Según fuentes cercanas al incidente, la mujer, que no se identificó, comenzó a discutir con la tripulante de cabina cuando le indicó que no podía levantarse para ir al baño en el último minuto antes del aterrizaje.
La situación se desató rápidamente, y la pasajera se negó a aceptar la negativa de la tripulación. En un acto de violencia, comenzó a agredir a los empleados que intentaban calmarla. La tripulación logró reducir a la mujer, pero no antes de haber llamado a la Guardia civil para pedir ayuda.
En el último minuto, se ordenó interrumpir el descenso del avión y continuar con la maniobra. Mientras tanto, los empleados de la aerolínea lograron atar a la pasajera al asiento, evitando así cualquier mayor problemas durante el aterrizaje.
Este incidente recuerda cómo cada vez más pasajeros problemáticos ponen en riesgo la seguridad y el bienestar de los demás. La capacidad de la tripulación para mantener la calma y tomar decisiones rápidas es fundamental para evitar situaciones como esta.