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Carlos Mazón presentó su dimisión como president de la Comunidad Valenciana con un discurso que, según Imelda Rodríguez Escanciano, experta en comunicación estratégica e imagen política, no salió precisamente bien parado. En un análisis exhaustivo publicado en LinkedIn, la especialista califica el acto como "un error estratégico político y comunicativo".
"Un discurso debe estar hecho -y transmitido- con corazón, con cabeza y con olfato", señala Rodríguez. "Y contado con toda la autenticidad posible. De lo contrario, no funciona". Sin embargo, Mazón optó por la víctimaización, lo que agudizó la crisis y acentuó su nefasta imagen política.
En su opinión, el discurso de Mazón era un acto de frialdad que minimizaba sus propios errores. La experta destaca cinco errores comunicativos básicos del discurso:
"Primero, el discurso debe ser concreto y claro". Sin embargo, al no aclarar bien los términos de su dimisión, se generó especulación sobre "lo que va a ocurrir y cuándo va a ocurrir", lo que se tradujo en un "ruido".
"La apertura de un discurso es clave", subraya Rodríguez. Sin embargo, Mazón comenzó hablando de Felipe VI, lo que distraía la atención y generaba emociones contrariadas hacia su figura.
"Hay contradicciones permanentes", como el hecho de comparecer para asumir responsabilidades y utilizar la intervención para eludirlas, "mostrando un tono ofensivo y defensivo".
Además, según la experta, Mazón minimizó "de forma exacerbada" sus fallos. En su opinión, le falta compasión en el discurso, algo que para ella es clave.
El error estratégico político más grande de Carlos Mazón, por parte del público valenciano, es probablemente la manera en que ha optado por presentarse como víctima más que como un líder político capaz de gestionar crisis. A lo largo de su discurso se escuchó una tonalidad de repudio y agresividad hacia el gobierno central, pero no una propuesta clara para solucionar los problemas del país.
En conclusión, la dimisión de Carlos Mazón como presidente de la Comunidad Valenciana fue un acto comunicativo que no salió bien parado. Su discurso fue concreto en lo negativo, pero careció de autenticidad y compasión.
"Un discurso debe estar hecho -y transmitido- con corazón, con cabeza y con olfato", señala Rodríguez. "Y contado con toda la autenticidad posible. De lo contrario, no funciona". Sin embargo, Mazón optó por la víctimaización, lo que agudizó la crisis y acentuó su nefasta imagen política.
En su opinión, el discurso de Mazón era un acto de frialdad que minimizaba sus propios errores. La experta destaca cinco errores comunicativos básicos del discurso:
"Primero, el discurso debe ser concreto y claro". Sin embargo, al no aclarar bien los términos de su dimisión, se generó especulación sobre "lo que va a ocurrir y cuándo va a ocurrir", lo que se tradujo en un "ruido".
"La apertura de un discurso es clave", subraya Rodríguez. Sin embargo, Mazón comenzó hablando de Felipe VI, lo que distraía la atención y generaba emociones contrariadas hacia su figura.
"Hay contradicciones permanentes", como el hecho de comparecer para asumir responsabilidades y utilizar la intervención para eludirlas, "mostrando un tono ofensivo y defensivo".
Además, según la experta, Mazón minimizó "de forma exacerbada" sus fallos. En su opinión, le falta compasión en el discurso, algo que para ella es clave.
El error estratégico político más grande de Carlos Mazón, por parte del público valenciano, es probablemente la manera en que ha optado por presentarse como víctima más que como un líder político capaz de gestionar crisis. A lo largo de su discurso se escuchó una tonalidad de repudio y agresividad hacia el gobierno central, pero no una propuesta clara para solucionar los problemas del país.
En conclusión, la dimisión de Carlos Mazón como presidente de la Comunidad Valenciana fue un acto comunicativo que no salió bien parado. Su discurso fue concreto en lo negativo, pero careció de autenticidad y compasión.