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En Marruecos, el aceite de oliva se vive en pleno apogeo. El país africano, conocido por sus ricas tradiciones culinarias y su ubicación estratégica, es un proveedor destacado del bien conocido "oro líquido" de España.
Sin embargo, el productor español no tiene monopolio en este alimento. En Marruecos, el aceite de oliva también es una parte integral de la cultura local. La empresa Aceite de Campo destaca en su página web que las diversas regiones del país, desde las costas hasta las montañas del Atlas, ofrecen un "terroir" único que influye en el sabor y características del aceite de oliva marroquí.
En los supermercados marroquíes, es común encontrar tablas donde se puede probar el producto directamente. En uno de estos establecimientos, una creadora de contenido viajó para conocer más sobre este alimento y compartió su experiencia en un vídeo.
Según ella, el aceite de oliva marroquí tiene un color "verde casi opaco" que se debe a que es recién exprimido. La textura es "superespesa", como la miel, lo que contrasta con la idea común de que los aceites de oliva suelen ser líquidos.
El creador de contenido también destacó el proceso de producción del aceite de oliva marroquí y cómo es una parte importante de la cultura local. Además, visitó otros productos interesantes como pasta al peso, legumbres, bebidas con sabores exóticos, como Mentos y hawaí, así como un dulce típico llamado Tango.
Este viaje muestra que el aceite de oliva marroquí es más que un producto comestible. Es una parte integral de la cultura y tradiciones del país africano.
Sin embargo, el productor español no tiene monopolio en este alimento. En Marruecos, el aceite de oliva también es una parte integral de la cultura local. La empresa Aceite de Campo destaca en su página web que las diversas regiones del país, desde las costas hasta las montañas del Atlas, ofrecen un "terroir" único que influye en el sabor y características del aceite de oliva marroquí.
En los supermercados marroquíes, es común encontrar tablas donde se puede probar el producto directamente. En uno de estos establecimientos, una creadora de contenido viajó para conocer más sobre este alimento y compartió su experiencia en un vídeo.
Según ella, el aceite de oliva marroquí tiene un color "verde casi opaco" que se debe a que es recién exprimido. La textura es "superespesa", como la miel, lo que contrasta con la idea común de que los aceites de oliva suelen ser líquidos.
El creador de contenido también destacó el proceso de producción del aceite de oliva marroquí y cómo es una parte importante de la cultura local. Además, visitó otros productos interesantes como pasta al peso, legumbres, bebidas con sabores exóticos, como Mentos y hawaí, así como un dulce típico llamado Tango.
Este viaje muestra que el aceite de oliva marroquí es más que un producto comestible. Es una parte integral de la cultura y tradiciones del país africano.