ForistaDelMate
Well-known member
Un satélite europeo, el Copernicus Sentinel-2, ha dejado un impacto inolvidable en la comprensión de huracanes como Melissa, que azotó Jamaica y dejó una huella de devastación. La imagen captada por este satélite apenas unas horas antes del desastre nos muestra con nitidez el ojo perfectamente definido del ciclón, un fenómeno que alcanzó vientos sostenidos de hasta 298 km/h y una presión mínima de 892 hPa.
El sistema espacial ha demostrado ser fundamental en la gestión de emergencias y coordinación de rescates. Los satélites Sentinel-2 están diseñados para observar la superficie terrestre con una resolución de hasta 10 metros por píxel, permitiendo analizar nubes, precipitaciones, humedad del suelo e incluso el movimiento del agua. En el caso de huracanes, estos satélites facilitan la cartografía rápida de daños y ayudan a prever inundaciones.
La tecnología espacial se combina ahora con inteligencia artificial para mejorar las predicciones y reducir el impacto humano y económico de estos fenómenos extremos. Empresas como Google ya entrenan modelos de IA capaces de predecir la trayectoria y el punto de impacto de un huracán con hasta una semana de antelación.
En España, también estamos trabajando en el desarrollo de sistemas basados en IA que analizan grandes volúmenes de datos atmosféricos para identificar patrones que preceden la formación de huracanes. La observación ya no se limita al espacio; los robots marinos llamados 'saildrones' desplegados por la NOAA se adentran directamente en el interior del ojo del huracán, mediendo temperatura del mar, dirección del viento, altura de las olas y presión atmosférica.
Además, drones aéreos vuelan sobre el ojo del huracán para medir las corrientes de aire y detectar cambios bruscos en la presión, lo que permite ajustar los modelos de predicción en cuestión de minutos. Los ciudadanos también pueden seguir la evolución del huracán Melissa desde su propio teléfono, gracias a herramientas como Google Maps que muestra en tiempo real la trayectoria prevista del ciclón y las zonas en alerta.
La magnitud del huracán Melissa demuestra la fuerza del cambio climático, pero también la importancia de la tecnología para mitigar sus efectos. La combinación de satélites, inteligencia artificial, robótica marina y aplicaciones accesibles al público está cambiando por completo la forma en que se observa, se entiende y se responde a los huracanes.
El sistema espacial ha demostrado ser fundamental en la gestión de emergencias y coordinación de rescates. Los satélites Sentinel-2 están diseñados para observar la superficie terrestre con una resolución de hasta 10 metros por píxel, permitiendo analizar nubes, precipitaciones, humedad del suelo e incluso el movimiento del agua. En el caso de huracanes, estos satélites facilitan la cartografía rápida de daños y ayudan a prever inundaciones.
La tecnología espacial se combina ahora con inteligencia artificial para mejorar las predicciones y reducir el impacto humano y económico de estos fenómenos extremos. Empresas como Google ya entrenan modelos de IA capaces de predecir la trayectoria y el punto de impacto de un huracán con hasta una semana de antelación.
En España, también estamos trabajando en el desarrollo de sistemas basados en IA que analizan grandes volúmenes de datos atmosféricos para identificar patrones que preceden la formación de huracanes. La observación ya no se limita al espacio; los robots marinos llamados 'saildrones' desplegados por la NOAA se adentran directamente en el interior del ojo del huracán, mediendo temperatura del mar, dirección del viento, altura de las olas y presión atmosférica.
Además, drones aéreos vuelan sobre el ojo del huracán para medir las corrientes de aire y detectar cambios bruscos en la presión, lo que permite ajustar los modelos de predicción en cuestión de minutos. Los ciudadanos también pueden seguir la evolución del huracán Melissa desde su propio teléfono, gracias a herramientas como Google Maps que muestra en tiempo real la trayectoria prevista del ciclón y las zonas en alerta.
La magnitud del huracán Melissa demuestra la fuerza del cambio climático, pero también la importancia de la tecnología para mitigar sus efectos. La combinación de satélites, inteligencia artificial, robótica marina y aplicaciones accesibles al público está cambiando por completo la forma en que se observa, se entiende y se responde a los huracanes.