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Un operativo policial que dejó más de 132 muertos en las favelas de Río, entre ellos al menos 64 cuerpos desvestidos y recuperados por los vecinos, se ha convertido en la más letal de la historia de la ciudad brasileña. La Defensoría Pública regional ya cuenta con 132 muertos, aunque la cifra puede superar los 120 según el diario brasileño O Globo.
En medio de este caos, el jefe de la Policía Militar de Río de Janeiro, Marcelo Menezes Nogueira, confirmó que los cuerpos acumulados en la plaza no forman parte del conteo oficial. Sin embargo, la investigación oportuna seguirá adelante para determinar la situación legal de estos cadáveres.
El balance oficial de víctimas es de 64 fallecidos, entre ellos 4 policías, aunque se estima que el número puede ser mayor. El activista Raull Santiago describió este episodio como "something nuevo" y "de una brutalidad y violencia desconocida". La operación policial movilizó a más de 2.500 agentes y tenía como objetivo desarticular la facción del Comando Vermelho que buscaba desmantelar.
Los narcotraficantes respondieron con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de autobuses y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud. Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos y con una situación normal en el tráfico de vehículos.
El gobernador Claudio Castro calificó la operación como un "éxito", aunque muchos críticos acusaron al gobierno de polarización. El político afirmó que la vida de los policías fallecidos fue la única verdadera víctima, y que el resto del episodio fue un éxito en la lucha contra el crimen organizado.
El bosque donde se produjo la operación es uno de los focos de las favelas de Penha y Alemão. La recuperación de los cuerpos ha sido realizada por los vecinos, que estaban a la búsqueda de sus compañeros, hermanos o hijos. En un área cercana, muchos de los fallecidos fueron abatidos, lo que puede indicar su pertenencia al grupo del Comando Vermelho.
En medio de este caos, el jefe de la Policía Militar de Río de Janeiro, Marcelo Menezes Nogueira, confirmó que los cuerpos acumulados en la plaza no forman parte del conteo oficial. Sin embargo, la investigación oportuna seguirá adelante para determinar la situación legal de estos cadáveres.
El balance oficial de víctimas es de 64 fallecidos, entre ellos 4 policías, aunque se estima que el número puede ser mayor. El activista Raull Santiago describió este episodio como "something nuevo" y "de una brutalidad y violencia desconocida". La operación policial movilizó a más de 2.500 agentes y tenía como objetivo desarticular la facción del Comando Vermelho que buscaba desmantelar.
Los narcotraficantes respondieron con bloqueos en varias vías de la zona norte de Río, lo que llevó a interrupciones en el tránsito de un centenar de líneas de autobuses y al cierre de decenas de escuelas y centros de salud. Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos y con una situación normal en el tráfico de vehículos.
El gobernador Claudio Castro calificó la operación como un "éxito", aunque muchos críticos acusaron al gobierno de polarización. El político afirmó que la vida de los policías fallecidos fue la única verdadera víctima, y que el resto del episodio fue un éxito en la lucha contra el crimen organizado.
El bosque donde se produjo la operación es uno de los focos de las favelas de Penha y Alemão. La recuperación de los cuerpos ha sido realizada por los vecinos, que estaban a la búsqueda de sus compañeros, hermanos o hijos. En un área cercana, muchos de los fallecidos fueron abatidos, lo que puede indicar su pertenencia al grupo del Comando Vermelho.