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El último intento de Agustín Díaz Yanes en el cine ha sido ‘Un fantasma en la batalla’, una película que traza una historia basada en un hecho real: la infiltrada Susana Abaitua, que estuvo ocho años en ETA.
La obra se basa en la historia del mismo nombre, protagonizada por Iraia Elías, y Agustín Díaz Yanes ha construido un thriller que bebe de el cine clásico, con una atención particular a los detalles y al ritmo. La película cuenta la historia de una infiltrada en ETA que sacrifica su vida para darle el mayor golpe conocido a la banda.
El director es consciente de que esta obra le devuelve el mejor cine del pasado y confiesa que siempre ha querido realizar un film basado en esa historia, aunque nunca llegó a hacerlo. En este intento, se apoya en una colaboración con Netflix para llevarlo al grande.
En cuanto a la rodaje, se dice que la colaboración entre el director y su equipo fue de un buen trabajo. El montaje fue muy bueno y logró momentos puramente emocionales alternando material documental de los atentados de ETA con rodajes del propio director. También la elección de la banda sonora fue buena.
El guion tiene como protagonistas a Susana Abaitua e Iraia Elías, una actriz que se ganó el respeto del director por su trabajo en películas anteriores y su capacidad para interpretar momentos intensos.
La película también cuenta con un excelente uso del material documental, según se menciona en la entrevista con Tano, quien considera que es uno de los hallazgos más importantes de la obra. Además, el director reconoce que se dedicó a estudiar y analizar las escenas de los atentados de ETA para encontrar la forma adecuada de montarlas.
En cuanto a la elección de la música, Agustín Díaz Yanes asegura que no se basa en un hecho real, aunque reconoce que el uso de temas italianos es una influencia clásica. La música italiana sirve para contactar entre la infiltrada y la Guardia Civil.
Una de las escenas más tensas de la película es cuando Amaia participa en un atentado preparado para ganarse la confianza de ETA, aunque la Guardia Civil sabe lo que va a ocurrir para anticiparse.
En cuanto al estilo del film, se dice que el director ha dado prioridad a un lenguaje cinematográfico clásico. Por ejemplo, en una escena donde se produce un tiroteo, se usa un tipo de secuencia que requiere la colaboración de especialistas y actrices.
Sin embargo, este film no pasa por utilizar el estilo más académico del cine, pero le apunta a hacer algo diferente. En esta película, los diálogos están entretenidos y la tensión se logra con un uso eficaz de la cámara.
Para Agustín Díaz Yanes, una escena es clave por ser sencilla aparentemente, pero que realmente sea importante.
El director considera a Coppola como uno de sus referentes y cita esta frase para explicar su punto de vista: “Aunque suene a pedantería, John Ford decía que el Oeste es la cara de John Wayne. Los rostros te hacen la película”, asegura Díaz Yanes.
También se menciona la colaboración con la actriz Susana Abaitua, quien ha sido una referencia importante para Agustín Díaz Yanes en sus películas anteriores y su capacidad para interpretar momentos intensos.
En esta obra maestra, el director confiesa que le enseñaron a no ensayar escenas y a confiar en los actores.
En cuanto al estilo de estas secuencias, se dice que Agustín Díaz Yanes le enseña a sus colaboradores que hay que enfocarse en la intención del guion.
La obra se basa en la historia del mismo nombre, protagonizada por Iraia Elías, y Agustín Díaz Yanes ha construido un thriller que bebe de el cine clásico, con una atención particular a los detalles y al ritmo. La película cuenta la historia de una infiltrada en ETA que sacrifica su vida para darle el mayor golpe conocido a la banda.
El director es consciente de que esta obra le devuelve el mejor cine del pasado y confiesa que siempre ha querido realizar un film basado en esa historia, aunque nunca llegó a hacerlo. En este intento, se apoya en una colaboración con Netflix para llevarlo al grande.
En cuanto a la rodaje, se dice que la colaboración entre el director y su equipo fue de un buen trabajo. El montaje fue muy bueno y logró momentos puramente emocionales alternando material documental de los atentados de ETA con rodajes del propio director. También la elección de la banda sonora fue buena.
El guion tiene como protagonistas a Susana Abaitua e Iraia Elías, una actriz que se ganó el respeto del director por su trabajo en películas anteriores y su capacidad para interpretar momentos intensos.
La película también cuenta con un excelente uso del material documental, según se menciona en la entrevista con Tano, quien considera que es uno de los hallazgos más importantes de la obra. Además, el director reconoce que se dedicó a estudiar y analizar las escenas de los atentados de ETA para encontrar la forma adecuada de montarlas.
En cuanto a la elección de la música, Agustín Díaz Yanes asegura que no se basa en un hecho real, aunque reconoce que el uso de temas italianos es una influencia clásica. La música italiana sirve para contactar entre la infiltrada y la Guardia Civil.
Una de las escenas más tensas de la película es cuando Amaia participa en un atentado preparado para ganarse la confianza de ETA, aunque la Guardia Civil sabe lo que va a ocurrir para anticiparse.
En cuanto al estilo del film, se dice que el director ha dado prioridad a un lenguaje cinematográfico clásico. Por ejemplo, en una escena donde se produce un tiroteo, se usa un tipo de secuencia que requiere la colaboración de especialistas y actrices.
Sin embargo, este film no pasa por utilizar el estilo más académico del cine, pero le apunta a hacer algo diferente. En esta película, los diálogos están entretenidos y la tensión se logra con un uso eficaz de la cámara.
Para Agustín Díaz Yanes, una escena es clave por ser sencilla aparentemente, pero que realmente sea importante.
El director considera a Coppola como uno de sus referentes y cita esta frase para explicar su punto de vista: “Aunque suene a pedantería, John Ford decía que el Oeste es la cara de John Wayne. Los rostros te hacen la película”, asegura Díaz Yanes.
También se menciona la colaboración con la actriz Susana Abaitua, quien ha sido una referencia importante para Agustín Díaz Yanes en sus películas anteriores y su capacidad para interpretar momentos intensos.
En esta obra maestra, el director confiesa que le enseñaron a no ensayar escenas y a confiar en los actores.
En cuanto al estilo de estas secuencias, se dice que Agustín Díaz Yanes le enseña a sus colaboradores que hay que enfocarse en la intención del guion.