CharlaLatina
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Un hombre condenado por estafar a un matrimonio de ancianos en Albacete ha sido rechazado su recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. La Audiencia Provincial de Albacete lo había condenado por estafar 1.000 euros a la pareja, haciendose pasar por un empleado de la compañía eléctrica.
Según los hechos del caso, el acusado siguió al anciano hasta su hogar y le explicó que necesitaba revisar sus recibos. Convencido de la supuesta seriedad del trámite, el hombre permitió que el individuo entrara en su casa, donde se encontraba su esposa. Ambos recibieron al acusado en la sala de estar, donde este insistió en que necesitaba los 900 euros o, en su defecto, la tarjeta bancaria y el número PIN.
La mujer sospechó que podía tratarse de un fraude, pero accedió a entregarle la tarjeta y posteriormente facilitó el código secreto. El acusado abandonó la vivienda rápidamente y acudió a una sucursal bancaria, donde realizó dos extracciones consecutivas de 600 y 400 euros, cargando un total de 1.000 euros a la cuenta del matrimonio.
La Audiencia Provincial había aplicado la aggravante de reincidencia debido a antecedentes previos por delitos similares, pero el TSJCM rechazó su recurso argumentando que la sentencia está apoyada en una prueba "clara, suficiente y objetiva" y no existe duda razonable sobre la autoría del acusado.
La condena se mantiene firme: dos años y seis meses de prisión, prohibición de contacto y acercamiento a menos de 500 metros durante cinco años, indemnización de 1.000 euros y pago de la mitad de las costas procesales. El acusado puede recurrir ante el Tribunal Supremo en caso de apelación.
Según los hechos del caso, el acusado siguió al anciano hasta su hogar y le explicó que necesitaba revisar sus recibos. Convencido de la supuesta seriedad del trámite, el hombre permitió que el individuo entrara en su casa, donde se encontraba su esposa. Ambos recibieron al acusado en la sala de estar, donde este insistió en que necesitaba los 900 euros o, en su defecto, la tarjeta bancaria y el número PIN.
La mujer sospechó que podía tratarse de un fraude, pero accedió a entregarle la tarjeta y posteriormente facilitó el código secreto. El acusado abandonó la vivienda rápidamente y acudió a una sucursal bancaria, donde realizó dos extracciones consecutivas de 600 y 400 euros, cargando un total de 1.000 euros a la cuenta del matrimonio.
La Audiencia Provincial había aplicado la aggravante de reincidencia debido a antecedentes previos por delitos similares, pero el TSJCM rechazó su recurso argumentando que la sentencia está apoyada en una prueba "clara, suficiente y objetiva" y no existe duda razonable sobre la autoría del acusado.
La condena se mantiene firme: dos años y seis meses de prisión, prohibición de contacto y acercamiento a menos de 500 metros durante cinco años, indemnización de 1.000 euros y pago de la mitad de las costas procesales. El acusado puede recurrir ante el Tribunal Supremo en caso de apelación.