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El presidente Donald Trump quiere redibujar el mundo con amenazas y coacciones. Juega con la seguridad en Europa haciéndole notar que "hay un océano de por medio", lo cual le permite abrir la puerta a principios de la semana al envío de Tomahawks y cerrarla al final de la semana después de su conversación de dos horas y media con el presidente ruso, Vladímir Putin.
El presidente de EEUU ha pasado en apenas ocho meses de insultar a Zelenski en el Despacho Oval a reconocer este viernes los sacrificios del pueblo ucraniano. Pero Trump no se ha comprometido con garantías futuras de seguridad para Ucrania ni con la integridad territorial del país.
Mientras juega al "Risk" con Europa, redobla sus amenazas a Venezuela de Nicolás Maduro con cada vez más soldados cerca del país y autorizando operaciones encubiertas en suelo venezolano. Y todo esto en la misma semana en la que se han conocido otros dos ataques letales contra embarcaciones en el Caribe, acusadas sin pruebas de cargar droga.
Trump también no esconde su decepción por la falta de avances en el proceso de paz en Gaza, donde se han intercambiado rehenes y presos, pero la situación sigue siendo crítica por la falta de ayuda humanitaria, la violencia persistente y la poca claridad sobre el futuro de Palestina y su aspiración a convertirse en Estado.
En resumen, Trump quiere redibujar el mundo con amenazas y coacciones, sin comprometerse con garantías futuras de seguridad para Ucrania ni con la integridad territorial del país. También aumenta la presión sobre Venezuela y no muestra interés en avanzar en el proceso de paz en Gaza.
El presidente de EEUU ha pasado en apenas ocho meses de insultar a Zelenski en el Despacho Oval a reconocer este viernes los sacrificios del pueblo ucraniano. Pero Trump no se ha comprometido con garantías futuras de seguridad para Ucrania ni con la integridad territorial del país.
Mientras juega al "Risk" con Europa, redobla sus amenazas a Venezuela de Nicolás Maduro con cada vez más soldados cerca del país y autorizando operaciones encubiertas en suelo venezolano. Y todo esto en la misma semana en la que se han conocido otros dos ataques letales contra embarcaciones en el Caribe, acusadas sin pruebas de cargar droga.
Trump también no esconde su decepción por la falta de avances en el proceso de paz en Gaza, donde se han intercambiado rehenes y presos, pero la situación sigue siendo crítica por la falta de ayuda humanitaria, la violencia persistente y la poca claridad sobre el futuro de Palestina y su aspiración a convertirse en Estado.
En resumen, Trump quiere redibujar el mundo con amenazas y coacciones, sin comprometerse con garantías futuras de seguridad para Ucrania ni con la integridad territorial del país. También aumenta la presión sobre Venezuela y no muestra interés en avanzar en el proceso de paz en Gaza.