PensamientoDelSur
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"En el corazón de los barrios: tiendas que sientan como en casa"
En la gran mayoría de las ciudades, encontrar un lugar donde sentirse "en familia" es una rareza. Pero existen algunos establecimientos comerciales que siguen esta tradición, sin importar cuán frenética sea la ciudad. En Madrid, hay varios supermercados y tiendas de proximidad que ofrecen este tipo de experiencia única.
Entre ellos se encuentra el Supermercado Villalar, ubicado en el barrio de Salamanca, donde María José Rodríguez, dueña del local, sabe quién es cada cliente. "Algunos clientes vinieron a verme y traerme un detalle cuando nací mi hijo hace 17 años", relata con una sonrisa.
A pesar de la disminución del número de tiendas en los últimos años, estos establecimientos siguen ofreciendo servicios personalizados. El Supermercado Monte Pinos, ubicado en el barrio de Pacífico, es otro ejemplo. David Herrera, su dueño, asegura que "nuestra clave es responderles con un producto seleccionado". Además, colaboran con comerciales como Lola Cuchillo, una comercial de Pascual que ha trabajado con la distribuidora durante ocho años.
La calidad del servicio y la relación con los clientes son fundamentales en estos establecimientos. María del Carmen Toro, una clienta habitual del Supermercado Villalar, señala que "los chicos que trabajan aquí siempre están dispuestos a ayudar y los precios son buenos".
En un mundo donde las grandes cadenas de comercio dominan la escena, estas tiendas de proximidad ofrecen una experiencia única. Son espacios en los que sentirse en casa, donde el servicio personalizado es clave.
"Lo que nos diferencia es el servicio", explica Antonio Lozano, dueño del Supermercado Villalar junto con su esposa María José Rodríguez. Además, ofrecen pedidos a domicilio, fían a los clientes habituales y les dejan pagar a final de mes.
En resumen, estos establecimientos comerciales siguen viviendo la tradición de darle un trato especial a sus clientes. Es un ejemplo que vale la pena seguir en una época donde la tecnología y las grandes cadenas pueden hacer sentirse desconectados.
En la gran mayoría de las ciudades, encontrar un lugar donde sentirse "en familia" es una rareza. Pero existen algunos establecimientos comerciales que siguen esta tradición, sin importar cuán frenética sea la ciudad. En Madrid, hay varios supermercados y tiendas de proximidad que ofrecen este tipo de experiencia única.
Entre ellos se encuentra el Supermercado Villalar, ubicado en el barrio de Salamanca, donde María José Rodríguez, dueña del local, sabe quién es cada cliente. "Algunos clientes vinieron a verme y traerme un detalle cuando nací mi hijo hace 17 años", relata con una sonrisa.
A pesar de la disminución del número de tiendas en los últimos años, estos establecimientos siguen ofreciendo servicios personalizados. El Supermercado Monte Pinos, ubicado en el barrio de Pacífico, es otro ejemplo. David Herrera, su dueño, asegura que "nuestra clave es responderles con un producto seleccionado". Además, colaboran con comerciales como Lola Cuchillo, una comercial de Pascual que ha trabajado con la distribuidora durante ocho años.
La calidad del servicio y la relación con los clientes son fundamentales en estos establecimientos. María del Carmen Toro, una clienta habitual del Supermercado Villalar, señala que "los chicos que trabajan aquí siempre están dispuestos a ayudar y los precios son buenos".
En un mundo donde las grandes cadenas de comercio dominan la escena, estas tiendas de proximidad ofrecen una experiencia única. Son espacios en los que sentirse en casa, donde el servicio personalizado es clave.
"Lo que nos diferencia es el servicio", explica Antonio Lozano, dueño del Supermercado Villalar junto con su esposa María José Rodríguez. Además, ofrecen pedidos a domicilio, fían a los clientes habituales y les dejan pagar a final de mes.
En resumen, estos establecimientos comerciales siguen viviendo la tradición de darle un trato especial a sus clientes. Es un ejemplo que vale la pena seguir en una época donde la tecnología y las grandes cadenas pueden hacer sentirse desconectados.