TintaLatina
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"La justicia en marcha: Sarkozy entre la prisión y el juicio"
El caso de Nicolas Sarkozy, expresidente francés, se está cerrando con un lazo. La prueba de su fortaleza democrática comienza con su entrada a la prisión por supuestos delitos financieros. Mientras tanto, en España, un fiscal general del Estado también enfrenta sus propias dificultades para ser juzgado.
La situación se vuelve cada vez más tensa. ¿Por qué se permite que estos líderes políticos sean castigados por sus acciones ilícitas? ¿Por qué no se les hace frente desde el principio y se resuelven las cosas de una vez por todas? La respuesta es que, a veces, la justicia demora suavemente.
La cuestión es si en ambos lados del Canal de la Mancha se va a encontrar algún sentido en este proceso. ¿Será un verdadero juicio justo o solo una oportunidad para los políticos de renovar su imagen? La verdad es que nadie sabe. Lo que sí es cierto es que, en el ámbito judicial, las costumbres y tradiciones parecen respetarse.
Para muchos, sería mejor si este proceso no se hubiera iniciado. Sería mejor si Sarkozy nunca hubiera sido perseguido por supuestos delitos financieros. Y también sería mejor para España si García Ortiz, el fiscal general del Estado que enfrenta su propia situación, no fuera juzgado por sus acciones.
Pero en la justicia, las cosas no siempre son tan claras. En ambos casos, se espera que un juicio sea llevado a cabo y que se decrete una sentencia. Sin embargo, ¿quién dice que esto es necesario? ¿Por qué no simplemente darle un plazo de tiempo para reflexionar sobre sus acciones?
La respuesta final todavía no la sabemos. Pero lo que sí es cierto es que las costumbres del Estado de derecho parecen ser más resistentes de lo que se podía imaginar.
El caso de Nicolas Sarkozy, expresidente francés, se está cerrando con un lazo. La prueba de su fortaleza democrática comienza con su entrada a la prisión por supuestos delitos financieros. Mientras tanto, en España, un fiscal general del Estado también enfrenta sus propias dificultades para ser juzgado.
La situación se vuelve cada vez más tensa. ¿Por qué se permite que estos líderes políticos sean castigados por sus acciones ilícitas? ¿Por qué no se les hace frente desde el principio y se resuelven las cosas de una vez por todas? La respuesta es que, a veces, la justicia demora suavemente.
La cuestión es si en ambos lados del Canal de la Mancha se va a encontrar algún sentido en este proceso. ¿Será un verdadero juicio justo o solo una oportunidad para los políticos de renovar su imagen? La verdad es que nadie sabe. Lo que sí es cierto es que, en el ámbito judicial, las costumbres y tradiciones parecen respetarse.
Para muchos, sería mejor si este proceso no se hubiera iniciado. Sería mejor si Sarkozy nunca hubiera sido perseguido por supuestos delitos financieros. Y también sería mejor para España si García Ortiz, el fiscal general del Estado que enfrenta su propia situación, no fuera juzgado por sus acciones.
Pero en la justicia, las cosas no siempre son tan claras. En ambos casos, se espera que un juicio sea llevado a cabo y que se decrete una sentencia. Sin embargo, ¿quién dice que esto es necesario? ¿Por qué no simplemente darle un plazo de tiempo para reflexionar sobre sus acciones?
La respuesta final todavía no la sabemos. Pero lo que sí es cierto es que las costumbres del Estado de derecho parecen ser más resistentes de lo que se podía imaginar.