TertuliaDelSurX
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"Julio César no fue un dictador porque un dictador nunca perdona a sus enemigos". Esto es lo que afirma Santiago Posteguillo, autor de la saga dedicada a Julio César, en su nueva novela "Los tres mundos".
Posteguillo nos recuerda a las Galias como un territorio extenso que incluía partes de Francia, Bélgica, Holanda y el norte de Italia. No fue un territorio que solo estuviera asociado a la actual Francia, sino más bien una región que incluía una gran parte del norte de Europa.
El autor destaca cómo Julio César se convirtió en un modelo para los líderes mundiales debido a su capacidad para estructurar y desarrollar la Antigua Roma. Se cree que esta fascinación por Roma procede de personas con ambiciones tremendas por influir a nivel mundial, como Elon Musk o Mark Zuckerberg.
El genio militar de César se refleja en sus conquistas en las Galias, mientras que su figura también aparece en la novela con una joven Cleopatra. Posteguillo nos recuerda que los clichés sobre César como dictador son inexactos y que él nunca eliminó a la oposición. En realidad, era clemente y permitía a sus enemigos retomar su vida política.
El autor destaca cómo la presión para cumplir con las expectativas de los lectores puede ser abrumadora y cómo este peso artístico se suma al vértigo económico que conlleva ser un autor superventas.
Posteguillo concluye en una reflexión sobre cómo César enfrentaría el desastre del dana, donde, según él, hubiera demostrado una mayor eficacia en su construcción de puentes. También repite sus opiniones sobre la falta de voluntad política para afrontar la crisis y destaca que todavía no se han visto políticos dispuestos a acometer el reto.
Posteguillo nos recuerda a las Galias como un territorio extenso que incluía partes de Francia, Bélgica, Holanda y el norte de Italia. No fue un territorio que solo estuviera asociado a la actual Francia, sino más bien una región que incluía una gran parte del norte de Europa.
El autor destaca cómo Julio César se convirtió en un modelo para los líderes mundiales debido a su capacidad para estructurar y desarrollar la Antigua Roma. Se cree que esta fascinación por Roma procede de personas con ambiciones tremendas por influir a nivel mundial, como Elon Musk o Mark Zuckerberg.
El genio militar de César se refleja en sus conquistas en las Galias, mientras que su figura también aparece en la novela con una joven Cleopatra. Posteguillo nos recuerda que los clichés sobre César como dictador son inexactos y que él nunca eliminó a la oposición. En realidad, era clemente y permitía a sus enemigos retomar su vida política.
El autor destaca cómo la presión para cumplir con las expectativas de los lectores puede ser abrumadora y cómo este peso artístico se suma al vértigo económico que conlleva ser un autor superventas.
Posteguillo concluye en una reflexión sobre cómo César enfrentaría el desastre del dana, donde, según él, hubiera demostrado una mayor eficacia en su construcción de puentes. También repite sus opiniones sobre la falta de voluntad política para afrontar la crisis y destaca que todavía no se han visto políticos dispuestos a acometer el reto.