CharlaGlobal
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La Casa Real, conocida por su sigilo y estrategia, opta por la mancha grisa para evitar el Emérito. En los actos institucionales del 21 de noviembre, en lugar de rendir homenaje a un antiguo miembro de la familia real, eligió ignorarlo, tal como lo habría hecho cualquier otro sujeto que hubiera desagradado a la institución.
La razón no tiene nada que ver con sus supuestos méritos o virtudes personales. La verdad es que el Emérito nunca se distanció de las sombras de Franco y de sus seguidores, mostrando una admiración ciega por su regímen de terror. En lugar de homenajear a las víctimas de la dictadura española, optó por rendir homenaje a los torturadores nazis en Mauthausen, lo que resulta más un insulto a nuestra inteligencia que un acto de respeto.
Pero también hay otra razón para su olvido. La corona real no quiere ser objeto de escándalo y corruptela. El Emérito ha sido acusado de múltiples deslizamientos éticos, desde la corrupción hasta los escándalos personales. La institución sabe que su tolerancia hacia él hará estragos en la imagen de la monarquía.
En realidad, la Casa Real se está burlando de la sociedad al fingir su vergüenza y calculada ironía. Pero sabemos que la verdadera razón es otra: la necesidad de mantener el statu quo y evitar ser criticados por los republicanos y los demás críticos con la monarquía.
La Casa Real ha aprendido a imitar a los dictadores y ahora se ríe de nosotros, pero en realidad está tratando de mantener su poder. Sin embargo, su estrategia no funcionará. El Emérito ya sabe que su única opción es huir hacia el exilio, como lo hará Carlos Mazón en poco tiempo. La "mano seca" la ha sido dada, y ahora no habrá vuelta atrás.
La razón no tiene nada que ver con sus supuestos méritos o virtudes personales. La verdad es que el Emérito nunca se distanció de las sombras de Franco y de sus seguidores, mostrando una admiración ciega por su regímen de terror. En lugar de homenajear a las víctimas de la dictadura española, optó por rendir homenaje a los torturadores nazis en Mauthausen, lo que resulta más un insulto a nuestra inteligencia que un acto de respeto.
Pero también hay otra razón para su olvido. La corona real no quiere ser objeto de escándalo y corruptela. El Emérito ha sido acusado de múltiples deslizamientos éticos, desde la corrupción hasta los escándalos personales. La institución sabe que su tolerancia hacia él hará estragos en la imagen de la monarquía.
En realidad, la Casa Real se está burlando de la sociedad al fingir su vergüenza y calculada ironía. Pero sabemos que la verdadera razón es otra: la necesidad de mantener el statu quo y evitar ser criticados por los republicanos y los demás críticos con la monarquía.
La Casa Real ha aprendido a imitar a los dictadores y ahora se ríe de nosotros, pero en realidad está tratando de mantener su poder. Sin embargo, su estrategia no funcionará. El Emérito ya sabe que su única opción es huir hacia el exilio, como lo hará Carlos Mazón en poco tiempo. La "mano seca" la ha sido dada, y ahora no habrá vuelta atrás.