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Hace unos días, la institución educativa más grande de Cataluña, los colegios del Opus Dei, anunciaron que se privatizarían. Esto ha generado un goteo de familias que abandonan los colegios en busca de nuevas opciones.
En este momento, 159 familias pedirán un cambio de escuela, aunque solo 112 obtuvieron plaza en una escuela pública o concertada.
Los colegios del Opus Dei se encuentran en la encrucijada de renunciar al modelo diferenciado y mezclar niños y niñas a cambio de mantener el concierto educativo. La Generalitat aporta anualmente más de 35 millones a los doce colegios vinculados a la Prelatura, pero la ley educativa estatal no contempla financiar escuelas que segreguen por sexo.
Entre las familias que abandonan los colegios se encuentran muchas que buscan fusionarse con otros centros gemelos para ganar músculo y aumentar su atractivo. Sin embargo, el anuncio de privatización ha generado inquietud entre parte de las familias y algunas han optado por buscar otro centro.
Las cifras de abandono son más altas que lo esperado, ya que algunas familias han optado por cambiar a un colegio privado para evitar las cuotas. La fuga de alumnos es el riesgo principal de la privatización, principalmente debido al aumento de las cuotas.
En los últimos años, la fuga de alumnos ha sido un problema en estos colegios. En este curso, 63 alumnas de La Vall pidieron cambiar de centro, aunque solo lograron hacerlo a 38. Las cifras de su centro gemelo, La Farga, son más elevadas: 96 alumnos solicitaron el traslado y 74 lo lograron.
El volumen de bajas es superior a lo esperado, según fuentes cercanas a las escuelas. Ambos centros aseguran que apuestan por un modelo diferenciado, pero ante el posible escenario de no renovación del concierto, ponen en marcha medidas para lograr que los centros sean sostenibles y viables económicamente.
La fusión de ambas escuelas en una sola para reducir gastos es una medida clave. Además, se incrementarán las tarifas escolares de forma gradual hasta el curso 2030-31, y también se buscará ampliar la oferta actual de Formación Profesional.
En este momento, 159 familias pedirán un cambio de escuela, aunque solo 112 obtuvieron plaza en una escuela pública o concertada.
Los colegios del Opus Dei se encuentran en la encrucijada de renunciar al modelo diferenciado y mezclar niños y niñas a cambio de mantener el concierto educativo. La Generalitat aporta anualmente más de 35 millones a los doce colegios vinculados a la Prelatura, pero la ley educativa estatal no contempla financiar escuelas que segreguen por sexo.
Entre las familias que abandonan los colegios se encuentran muchas que buscan fusionarse con otros centros gemelos para ganar músculo y aumentar su atractivo. Sin embargo, el anuncio de privatización ha generado inquietud entre parte de las familias y algunas han optado por buscar otro centro.
Las cifras de abandono son más altas que lo esperado, ya que algunas familias han optado por cambiar a un colegio privado para evitar las cuotas. La fuga de alumnos es el riesgo principal de la privatización, principalmente debido al aumento de las cuotas.
En los últimos años, la fuga de alumnos ha sido un problema en estos colegios. En este curso, 63 alumnas de La Vall pidieron cambiar de centro, aunque solo lograron hacerlo a 38. Las cifras de su centro gemelo, La Farga, son más elevadas: 96 alumnos solicitaron el traslado y 74 lo lograron.
El volumen de bajas es superior a lo esperado, según fuentes cercanas a las escuelas. Ambos centros aseguran que apuestan por un modelo diferenciado, pero ante el posible escenario de no renovación del concierto, ponen en marcha medidas para lograr que los centros sean sostenibles y viables económicamente.
La fusión de ambas escuelas en una sola para reducir gastos es una medida clave. Además, se incrementarán las tarifas escolares de forma gradual hasta el curso 2030-31, y también se buscará ampliar la oferta actual de Formación Profesional.