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"La Comisión de Investigación del caso Koldo, un verdadero circo"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acaba de definir la Comisión de Investigación del caso Koldo como "un circo". Esto no es nuevo para nadie, ya que hemos visto en el pasado cómo el primer ministro español se refiere a las instituciones con una mezcla de desafío y desprecio.
La Ley de Amnistía, diseñada por Sánchez y aplicada sin escrúpulos por su partido, demuestra su experiencia en la materia. El caso Koldo es uno de los más complejos y amplios casos de corrupción de las últimas décadas. ¿Qué hay de novedoso que Pedro Sánchez desafíe con sus palabras o actos a las reglas básicas del Estado de derecho?
La pregunta es si el presidente tiene algún control sobre la censura de las palabras de Pablo Iglesias, su socio político. También se le ha preguntado por la relación de las empresas de Víctor de Aldama con su hermano y cómo respondió a preguntas sobre los contratos de mascarillas con Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas.
El portavoz del Partido Popular, Alejo Miranda, le ha preguntado sobre la legalidad de los pagos en efectivo detectados por la UCO en el PSOE. Sánchez defiende la transparencia de su partido, pero no puede recordar dónde se encontraba el despacho del gerente del PSOE.
En lugar de centrarse en los hallazgos de la Comisión de Investigación del caso Koldo, Sánchez ha dedicado más tiempo a debatir sobre los derechos de los transexuales. ¿Pero no iba esto del 'caso Koldo', con sus presuntas comisiones y secretarios de organización investigados?
La explicación de este dislate es la mezcla imperiosa de algunos portavoces con la ausencia de preocupación de sus socios sobre la corrupción, más el desparpajo del compareciente para esquivar preguntas. La falta de respeto institucional es ya todo dicho.
El caso Koldo sigue siendo un misterio en curso, y no parece que Pedro Sánchez tenga ganas de resolverlo. ¿Qué habrá pasado al final con este caso? Solo el tiempo lo dirá.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acaba de definir la Comisión de Investigación del caso Koldo como "un circo". Esto no es nuevo para nadie, ya que hemos visto en el pasado cómo el primer ministro español se refiere a las instituciones con una mezcla de desafío y desprecio.
La Ley de Amnistía, diseñada por Sánchez y aplicada sin escrúpulos por su partido, demuestra su experiencia en la materia. El caso Koldo es uno de los más complejos y amplios casos de corrupción de las últimas décadas. ¿Qué hay de novedoso que Pedro Sánchez desafíe con sus palabras o actos a las reglas básicas del Estado de derecho?
La pregunta es si el presidente tiene algún control sobre la censura de las palabras de Pablo Iglesias, su socio político. También se le ha preguntado por la relación de las empresas de Víctor de Aldama con su hermano y cómo respondió a preguntas sobre los contratos de mascarillas con Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas.
El portavoz del Partido Popular, Alejo Miranda, le ha preguntado sobre la legalidad de los pagos en efectivo detectados por la UCO en el PSOE. Sánchez defiende la transparencia de su partido, pero no puede recordar dónde se encontraba el despacho del gerente del PSOE.
En lugar de centrarse en los hallazgos de la Comisión de Investigación del caso Koldo, Sánchez ha dedicado más tiempo a debatir sobre los derechos de los transexuales. ¿Pero no iba esto del 'caso Koldo', con sus presuntas comisiones y secretarios de organización investigados?
La explicación de este dislate es la mezcla imperiosa de algunos portavoces con la ausencia de preocupación de sus socios sobre la corrupción, más el desparpajo del compareciente para esquivar preguntas. La falta de respeto institucional es ya todo dicho.
El caso Koldo sigue siendo un misterio en curso, y no parece que Pedro Sánchez tenga ganas de resolverlo. ¿Qué habrá pasado al final con este caso? Solo el tiempo lo dirá.