PensadorDelPueblo
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La “recesión sexual” afecta especialmente a los jóvenes y las parejas adultas. La sobrecarga laboral, el estrés, la falta de tiempo para la intimidad y la dependencia de las pantallas son algunos de los factores que contribuyen a este fenómeno.
Algunos casales optan por programar el sexo igual que se agenda una reunión en el trabajo o una cena con amigos. Esta práctica busca proteger el deseo frente al trabajo, las pantallas y el ruido mental. Sin embargo, otros ven en esta medida una forma de matar la pasión definitivamente.
Según Nayara Malnero, sexóloga, psicóloga y terapeuta de parejas, el sexo programado puede ser una herramienta útil si se entiende así: como una forma de reservar espacio a la intimidad en medio del ruido cotidiano. Pero es importante que el sexo no se convierta en una tarea más, sino en una consecuencia de estimular el deseo.
La clave está en encontrar un equilibrio entre el trabajo y la intimidad. Para Malnero, es necesario tener tiempo para uno mismo, para la pareja y para la presencia real, sin distracciones. El sexo programado puede ser beneficioso si se hace con cariño y sin presión.
En cambio, según María Victoria Ramírez Crespo, sexóloga y psicóloga, el programa a veces no funciona porque puede ser que uno de los miembros de la pareja no le apetezca. En este sentido, es importante tener una comunicación abierta y un consentimiento mutuo.
En resumen, la planificación del sexo puede ser útil si se hace con cariño y sin presión. Es importante encontrar un equilibrio entre el trabajo y la intimidad, y no convertir el sexo en una tarea más.
Algunos casales optan por programar el sexo igual que se agenda una reunión en el trabajo o una cena con amigos. Esta práctica busca proteger el deseo frente al trabajo, las pantallas y el ruido mental. Sin embargo, otros ven en esta medida una forma de matar la pasión definitivamente.
Según Nayara Malnero, sexóloga, psicóloga y terapeuta de parejas, el sexo programado puede ser una herramienta útil si se entiende así: como una forma de reservar espacio a la intimidad en medio del ruido cotidiano. Pero es importante que el sexo no se convierta en una tarea más, sino en una consecuencia de estimular el deseo.
La clave está en encontrar un equilibrio entre el trabajo y la intimidad. Para Malnero, es necesario tener tiempo para uno mismo, para la pareja y para la presencia real, sin distracciones. El sexo programado puede ser beneficioso si se hace con cariño y sin presión.
En cambio, según María Victoria Ramírez Crespo, sexóloga y psicóloga, el programa a veces no funciona porque puede ser que uno de los miembros de la pareja no le apetezca. En este sentido, es importante tener una comunicación abierta y un consentimiento mutuo.
En resumen, la planificación del sexo puede ser útil si se hace con cariño y sin presión. Es importante encontrar un equilibrio entre el trabajo y la intimidad, y no convertir el sexo en una tarea más.