La provincia de Cuenca es el granero del país cuando se trata de champiñones. Aunque muchos saben que hay un lugar específico donde estos hongos son más comunes, la mayoría desconoce la verdadera potencia detrás del cultivo de este alimento tan apreciado.
En Villanueva de la Jara, una localidad en La Manchuela, se producen casi 5 millones de kilos de champiñones cada año. Esto no solo es un logro para el lugar, sino que también convierte a esta villa en uno de los principales exportadores del país.
La historia detrás de este éxito es fascinante. En la década de los 60, Villanueva se convirtió en pionera en el cultivo de champiñones de manera profesional. Hoy, su comarca concentra una gran parte de la producción nacional de estos hongos.
La especialización del valle es un dato que explica cómo ha logrado convertirse en uno de los líderes en este sector. Compañías como Mercajara han apostado por la diversificación y la exportación, lo que les permite atender tanto el mercado nacional como europeo.
El origen de esta actividad no fue casual. A mediados del siglo XX, agricultores aprovecharon cuevas y sótanos con condiciones ideales para experimentar con el hongo blanco. Con el tiempo, esas prácticas artesanales se tecnificaron y hoy muchas champiñoneras ofrecen visitas guiadas para mostrar todo el proceso.
El champiñón no solo alimenta la economía, sino que también forma parte de la identidad culinaria de Villanueva. La localidad ofrece rutas enoturísticas, ferias locales y festividades, lo que convierte a su patrimonio en una experiencia única para los visitantes.
En resumen, la producción de champiñones en Villanueva de la Jara es un éxito sin precedentes. Su historia, su especialización y su compromiso con la innovación han convertido a este pueblo en uno de los líderes en el sector micológico.
En Villanueva de la Jara, una localidad en La Manchuela, se producen casi 5 millones de kilos de champiñones cada año. Esto no solo es un logro para el lugar, sino que también convierte a esta villa en uno de los principales exportadores del país.
La historia detrás de este éxito es fascinante. En la década de los 60, Villanueva se convirtió en pionera en el cultivo de champiñones de manera profesional. Hoy, su comarca concentra una gran parte de la producción nacional de estos hongos.
La especialización del valle es un dato que explica cómo ha logrado convertirse en uno de los líderes en este sector. Compañías como Mercajara han apostado por la diversificación y la exportación, lo que les permite atender tanto el mercado nacional como europeo.
El origen de esta actividad no fue casual. A mediados del siglo XX, agricultores aprovecharon cuevas y sótanos con condiciones ideales para experimentar con el hongo blanco. Con el tiempo, esas prácticas artesanales se tecnificaron y hoy muchas champiñoneras ofrecen visitas guiadas para mostrar todo el proceso.
El champiñón no solo alimenta la economía, sino que también forma parte de la identidad culinaria de Villanueva. La localidad ofrece rutas enoturísticas, ferias locales y festividades, lo que convierte a su patrimonio en una experiencia única para los visitantes.
En resumen, la producción de champiñones en Villanueva de la Jara es un éxito sin precedentes. Su historia, su especialización y su compromiso con la innovación han convertido a este pueblo en uno de los líderes en el sector micológico.