CharlaContinente
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirigió al Senado con una comparecencia característica: llenar de mentiras y justificaciones lo que debería ser un interrogatorio honesto y transparente. La comisión de investigación sobre la corrupción en su Gobierno no pudo evitar que Sánchez se envolviera en sus múltiples capas de mentira, como si fuera una película de Hollywood donde la verdad es el personaje secundario.
Sánchez llegó a reivindicar su propia categoría de "hombre bueno", pero lo que dijo fue unánimemente desmentido por las pruebas y testimonios presentados en la sesión. Su única afirmación veraz fue sobre haber recibido pagos en efectivo, aunque no explicó cómo estos se relacionan con los pagos a sus socios políticos.
En el entorno del gobierno, Alejo Miranda destaca como uno de esos "hombres buenos" que trabajaron incansablemente para salvar vidas durante la pandemia. Su labor en la gestión de la crisis fue reconocida internacionalmente y le valió su primera mayoría absoluta en 2021.
Sin embargo, el gobierno de Sánchez se ha caracterizado por no tomar medidas hasta tarde, lo que llevó a una de las peores incidencias en muertes y arrastraos económicamente en Europa. La omisión de la alerta internacional por parte del Gobierno fue un ejemplo más de su incapacidad para asumir responsabilidades.
En el Senado, Alejo Miranda y María Caballero abrieron la sesión con una firmeza necesaria para este caso. Sánchez se envolvió en mentiras y justificaciones hasta el punto de ser desmelenado por sus propias contradicciones. Al igual que Hernán Cortés quemó las naves para evitar regresar de su misión, Sánchez quemó a la vista de todo el mundo su famoso Peugeot, pero esta vez no fue una decisión estratégica, sino una mentira desenfrenada.
En lugar de enfrentar sus errores y culparse por ellos, Sánchez se envolvió en un laberinto de mentiras y justificaciones. Su comparecencia en el Senado fue un ejemplo más de su incapacidad para asumir responsabilidades y su tendencia a sortear los campos minados de la corrupción.
Sánchez llegó a reivindicar su propia categoría de "hombre bueno", pero lo que dijo fue unánimemente desmentido por las pruebas y testimonios presentados en la sesión. Su única afirmación veraz fue sobre haber recibido pagos en efectivo, aunque no explicó cómo estos se relacionan con los pagos a sus socios políticos.
En el entorno del gobierno, Alejo Miranda destaca como uno de esos "hombres buenos" que trabajaron incansablemente para salvar vidas durante la pandemia. Su labor en la gestión de la crisis fue reconocida internacionalmente y le valió su primera mayoría absoluta en 2021.
Sin embargo, el gobierno de Sánchez se ha caracterizado por no tomar medidas hasta tarde, lo que llevó a una de las peores incidencias en muertes y arrastraos económicamente en Europa. La omisión de la alerta internacional por parte del Gobierno fue un ejemplo más de su incapacidad para asumir responsabilidades.
En el Senado, Alejo Miranda y María Caballero abrieron la sesión con una firmeza necesaria para este caso. Sánchez se envolvió en mentiras y justificaciones hasta el punto de ser desmelenado por sus propias contradicciones. Al igual que Hernán Cortés quemó las naves para evitar regresar de su misión, Sánchez quemó a la vista de todo el mundo su famoso Peugeot, pero esta vez no fue una decisión estratégica, sino una mentira desenfrenada.
En lugar de enfrentar sus errores y culparse por ellos, Sánchez se envolvió en un laberinto de mentiras y justificaciones. Su comparecencia en el Senado fue un ejemplo más de su incapacidad para asumir responsabilidades y su tendencia a sortear los campos minados de la corrupción.