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"Jamaica se sumerge en el caos tras el huracán Melissa"
El martes, Jamaica sufrió un golpe devastador al cruzar los vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora del huracán Melissa. La tormenta, calificada como uno de los más violentos jamás registrados en la isla, dejó un paisaje de destrucción y caos tras su paso.
Calles convertidas en ríos, viviendas en escombros y hospitales inutilizados son las escenas que se repiten en distintos puntos del país. El primer ministro Andrew Holness ha declarado Jamaica como "zona de desastre" y advirtió de "impactos devastadores" en infraestructuras, viviendas y servicios esenciales.
Más de medio millón de personas viven sin electricidad tras el colapso de gran parte de la red de distribución. La Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS) ha confirmado que el 77% de sus clientes se encuentra sin suministro, lo que ha dificultado las labores de rescate y ha dejado incomunicadas amplias zonas rurales.
Los daños materiales son totales: hospitales destruidos, carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra y zonas agrícolas completamente arrasadas. Un senador jamaicano aseguró a la cadena NBC que varios centros médicos en Black River quedaron fuera de servicio, y los servicios de emergencia están sobrepasados.
Aunque inicialmente el Gobierno no había confirmado víctimas mortales, los medios locales reportan al menos tres fallecidos durante los preparativos. Un coordinador de emergencias hospitalizado tras sufrir un derrame cerebral en pleno operativo.
Las imágenes que circulan en redes sociales muestran la magnitud del desastre: techos arrancados, postes eléctricos derribados, carreteras convertidas en torrentes y comunidades enteras aisladas. Vídeos captados en Montego Bay y otras zonas costeras muestran el impacto directo del ojo del huracán, con ráfagas que destrozaron tejados y arrancaron árboles de raíz.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos han calificado a Melissa como un fenómeno histórico en el Caribe, comparable solo con los huracanes Wilma (2005) y Gilbert (1988).
El martes, Jamaica sufrió un golpe devastador al cruzar los vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora del huracán Melissa. La tormenta, calificada como uno de los más violentos jamás registrados en la isla, dejó un paisaje de destrucción y caos tras su paso.
Calles convertidas en ríos, viviendas en escombros y hospitales inutilizados son las escenas que se repiten en distintos puntos del país. El primer ministro Andrew Holness ha declarado Jamaica como "zona de desastre" y advirtió de "impactos devastadores" en infraestructuras, viviendas y servicios esenciales.
Más de medio millón de personas viven sin electricidad tras el colapso de gran parte de la red de distribución. La Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS) ha confirmado que el 77% de sus clientes se encuentra sin suministro, lo que ha dificultado las labores de rescate y ha dejado incomunicadas amplias zonas rurales.
Los daños materiales son totales: hospitales destruidos, carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra y zonas agrícolas completamente arrasadas. Un senador jamaicano aseguró a la cadena NBC que varios centros médicos en Black River quedaron fuera de servicio, y los servicios de emergencia están sobrepasados.
Aunque inicialmente el Gobierno no había confirmado víctimas mortales, los medios locales reportan al menos tres fallecidos durante los preparativos. Un coordinador de emergencias hospitalizado tras sufrir un derrame cerebral en pleno operativo.
Las imágenes que circulan en redes sociales muestran la magnitud del desastre: techos arrancados, postes eléctricos derribados, carreteras convertidas en torrentes y comunidades enteras aisladas. Vídeos captados en Montego Bay y otras zonas costeras muestran el impacto directo del ojo del huracán, con ráfagas que destrozaron tejados y arrancaron árboles de raíz.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos han calificado a Melissa como un fenómeno histórico en el Caribe, comparable solo con los huracanes Wilma (2005) y Gilbert (1988).