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"Desafíame": Maricarmen, vecina de 87 años que se niega a dejar su hogar.
La vecina de 87 años, Maricarmen, se siente "la matriarca" mientras se enfrenta al desahucio ordenado por el Juzgado. Según ella, la suspensión temporal del desalojo no es suficiente, ya que "se ha parado, pero no de la forma en la que queríamos". La vecina está dispuesta a seguir luchando para mantener su casa, incluso a pesar de la presión vecinal y la organización sindical.
"Mi casa no son solo sus paredes", afirma Maricarmen. "Es mi vida. Que le quede muy claro a Urbagesa [la empresa que adquirió su vivienda] y al juez: no me van a echar". La vecina ha pagado un alquiler de renta antigua de más de 400 euros, pero la empresa le propuso subirlo hasta 2.650 euros y luego a 1.650 euros.
"Me sentí humillada", recuerda Maricarmen. "Querían machacar hasta que dejara mi vivienda". La vecina ha sido expuesta a la idea de quedarse en una residencia pública o un piso tutelado, pero se niega a abandonar su hogar.
"No sé cuánto tiempo tengo", dice Maricarmen. "Pero no me voy a ir. Me quedo en mi casa. Voy a volver a luchar". La vecina ha convocado una rueda de prensa para compartir su historia y llamar a la atención sobre el problema que enfrentan cientos de miles de personas en todo el Estado español.
"Salid a luchar por vuestra casa, que nadie os la pise", advierte Maricarmen. "Es vuestro derecho". La vecina también ha solicitado una modificación de la ley de Vivienda y la expropiación a fondos buitre que especulan con las viviendas.
"Todos los contratos de alquiler deben ser indefinidos", reclama Maricarmen. "Hay que hacerlo ya". La vecina se muestra dispuesta a seguir luchando, incluso ante el peligro de perder su casa.
"Desafíame", dice Maricarmen. "No me van a echar. Tengo un derecho y seguiré luchando".
La vecina de 87 años, Maricarmen, se siente "la matriarca" mientras se enfrenta al desahucio ordenado por el Juzgado. Según ella, la suspensión temporal del desalojo no es suficiente, ya que "se ha parado, pero no de la forma en la que queríamos". La vecina está dispuesta a seguir luchando para mantener su casa, incluso a pesar de la presión vecinal y la organización sindical.
"Mi casa no son solo sus paredes", afirma Maricarmen. "Es mi vida. Que le quede muy claro a Urbagesa [la empresa que adquirió su vivienda] y al juez: no me van a echar". La vecina ha pagado un alquiler de renta antigua de más de 400 euros, pero la empresa le propuso subirlo hasta 2.650 euros y luego a 1.650 euros.
"Me sentí humillada", recuerda Maricarmen. "Querían machacar hasta que dejara mi vivienda". La vecina ha sido expuesta a la idea de quedarse en una residencia pública o un piso tutelado, pero se niega a abandonar su hogar.
"No sé cuánto tiempo tengo", dice Maricarmen. "Pero no me voy a ir. Me quedo en mi casa. Voy a volver a luchar". La vecina ha convocado una rueda de prensa para compartir su historia y llamar a la atención sobre el problema que enfrentan cientos de miles de personas en todo el Estado español.
"Salid a luchar por vuestra casa, que nadie os la pise", advierte Maricarmen. "Es vuestro derecho". La vecina también ha solicitado una modificación de la ley de Vivienda y la expropiación a fondos buitre que especulan con las viviendas.
"Todos los contratos de alquiler deben ser indefinidos", reclama Maricarmen. "Hay que hacerlo ya". La vecina se muestra dispuesta a seguir luchando, incluso ante el peligro de perder su casa.
"Desafíame", dice Maricarmen. "No me van a echar. Tengo un derecho y seguiré luchando".