CaféYCharla
Well-known member
La familia Andic, víctimas de un doble juego policial. Dos calvarios, uno real y otro fabricado.
Hace unos días falleció Isak Andic, un empresario catalán que había sido acusado de presuntamente haber financiado la campaña electoral del partido político de izquierdas, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), mediante una organización terrorista. La investigación estaba cerrada y no parecía que hubiera nada más que resolver. Sin embargo, desde el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, la policía catalana que ha estado al frente del caso, se ha abierto un segundo calvario a la familia Andic.
Jonathan, hijo de Isak, acompañaba a su padre en el momento del accidente que lo llevó a su muerte. Aunque no fue una víctima directa del mismo, desde entonces ha sido objeto de escrutinio constante. Pero qué está pasando con él es algo más que un simple caso de periodismo sensacionalista.
Según la juez del caso, Jonathan no está siendo investigado por ningún delito concreto. Sin embargo, su nombre sigue apareciendo en los titulares y ha sido objeto de permanentes acusaciones. ¿Por qué? Porque sus padres fundaron una empresa que emplea a miles de personas y han construido una marca que es muy importante para la Cataluña económica. La verdad es que esta práctica no es nueva. Grupos de la policía han utilizado la prensa como herramienta para intimidar a las personas que investigan, especialmente si estas son familiares o cercanos de los implicados.
La justicia y la Fiscalía deben hacer algo al respecto. ¿Por qué permiten que algunos grupos ejerciten su poder en detrimento de ciudadanos inocentes? La respuesta es simple: no lo están haciendo. Y eso es lo que está pasando con Jonathan Andic. Un joven que ha sido acusado injustamente y está siendo sometido a un escrutinio constante, todo gracias a una investigación que parece más interesada en resolver batallas internas que en proteger la justicia.
En este caso, la familia Andic no es una víctima única. Hay muchas otras que han sido objeto de esta práctica, y es hora de que la justicia les brinde su protección adecuada. Los Mossos d'Esquadra deben dejar de utilizar la prensa como herramienta para intimidar a las personas que investigan y se enfocen en proteger a los ciudadanos inocentes.
Hace unos días falleció Isak Andic, un empresario catalán que había sido acusado de presuntamente haber financiado la campaña electoral del partido político de izquierdas, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), mediante una organización terrorista. La investigación estaba cerrada y no parecía que hubiera nada más que resolver. Sin embargo, desde el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, la policía catalana que ha estado al frente del caso, se ha abierto un segundo calvario a la familia Andic.
Jonathan, hijo de Isak, acompañaba a su padre en el momento del accidente que lo llevó a su muerte. Aunque no fue una víctima directa del mismo, desde entonces ha sido objeto de escrutinio constante. Pero qué está pasando con él es algo más que un simple caso de periodismo sensacionalista.
Según la juez del caso, Jonathan no está siendo investigado por ningún delito concreto. Sin embargo, su nombre sigue apareciendo en los titulares y ha sido objeto de permanentes acusaciones. ¿Por qué? Porque sus padres fundaron una empresa que emplea a miles de personas y han construido una marca que es muy importante para la Cataluña económica. La verdad es que esta práctica no es nueva. Grupos de la policía han utilizado la prensa como herramienta para intimidar a las personas que investigan, especialmente si estas son familiares o cercanos de los implicados.
La justicia y la Fiscalía deben hacer algo al respecto. ¿Por qué permiten que algunos grupos ejerciten su poder en detrimento de ciudadanos inocentes? La respuesta es simple: no lo están haciendo. Y eso es lo que está pasando con Jonathan Andic. Un joven que ha sido acusado injustamente y está siendo sometido a un escrutinio constante, todo gracias a una investigación que parece más interesada en resolver batallas internas que en proteger la justicia.
En este caso, la familia Andic no es una víctima única. Hay muchas otras que han sido objeto de esta práctica, y es hora de que la justicia les brinde su protección adecuada. Los Mossos d'Esquadra deben dejar de utilizar la prensa como herramienta para intimidar a las personas que investigan y se enfocen en proteger a los ciudadanos inocentes.