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El movimiento progresista liberal del D66 ha logrado un sorprendente triunfo en las elecciones en Países Bajos, derrotando a la ultraderecha liderada por Geert Wilders. Según los primeros resultados, el partido de Frans Timmermans gana 27 escaños, mientras que su rival pierde 25. El VVD también se ajusta con 23 asientos, y la alianza progresista-verde alcanza 20, superando a la centroderecha del CDA.
Las encuestas de las últimas semanas mostraban a Wilders liderando, pero en su contra estaba el veto de los otros partidos. La participación ha ascendido al 76,3%, inferior a la del año anterior (77,75%). En las elecciones anteriores, el D66 sacó solamente nueve escaños, mientras que el PVV obtenía 37 y el VVD tenía 24.
El nuevo arco parlamentario deberá contar con un total de 15 formaciones. Timmermans renunció a su cargo tras la derrota y asumió "la derrota con honor". No ha podido explicar por qué no convenció a los votantes. El movimiento progresista liberal promete reformas fiscal, vivienda y políticas sociales. Su programa busca frenar el populismo.
La inmigración y la vivienda fueron temas clave en la campaña, y ambos han alimentado la división social en Países Bajos. La ultraderecha centra su estrategia en política migratoria más dura, mientras que la coalición progresista propone soluciones como la creación de 300.000 viviendas nuevas en cuatro años.
En el Parlamento más dividido de Europa, el D66 mantiene su perfil liberal progresista con énfasis en la educación, la ciencia y los derechos individuales. Su programa promete reforzar la financiación universitaria, acelerar la transición energética mediante subsidios para energía solar doméstica y regular la inteligencia artificial desde una perspectiva ética europea.
Las negociaciones para formar el nuevo Gobierno deberán ser largas, después de que el anterior Ejecutivo duró solo 11 meses. El PVV venció en las elecciones anteriores, pero los bloqueos obligaron a Países Bajos a un gabinete tecnócrata de centroderecha liderado por Dick Schoof. Ahora es probable que el D66 se encargue de frenar la expansión del populismo con propuestas concretas en vivienda, clima y derechos sociales.
Las encuestas de las últimas semanas mostraban a Wilders liderando, pero en su contra estaba el veto de los otros partidos. La participación ha ascendido al 76,3%, inferior a la del año anterior (77,75%). En las elecciones anteriores, el D66 sacó solamente nueve escaños, mientras que el PVV obtenía 37 y el VVD tenía 24.
El nuevo arco parlamentario deberá contar con un total de 15 formaciones. Timmermans renunció a su cargo tras la derrota y asumió "la derrota con honor". No ha podido explicar por qué no convenció a los votantes. El movimiento progresista liberal promete reformas fiscal, vivienda y políticas sociales. Su programa busca frenar el populismo.
La inmigración y la vivienda fueron temas clave en la campaña, y ambos han alimentado la división social en Países Bajos. La ultraderecha centra su estrategia en política migratoria más dura, mientras que la coalición progresista propone soluciones como la creación de 300.000 viviendas nuevas en cuatro años.
En el Parlamento más dividido de Europa, el D66 mantiene su perfil liberal progresista con énfasis en la educación, la ciencia y los derechos individuales. Su programa promete reforzar la financiación universitaria, acelerar la transición energética mediante subsidios para energía solar doméstica y regular la inteligencia artificial desde una perspectiva ética europea.
Las negociaciones para formar el nuevo Gobierno deberán ser largas, después de que el anterior Ejecutivo duró solo 11 meses. El PVV venció en las elecciones anteriores, pero los bloqueos obligaron a Países Bajos a un gabinete tecnócrata de centroderecha liderado por Dick Schoof. Ahora es probable que el D66 se encargue de frenar la expansión del populismo con propuestas concretas en vivienda, clima y derechos sociales.