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Leire Martínez, la voz que se perdió en La Oreja de Van Gogh
Después de 17 años de ser una de las voces más destacadas del grupo, Leire Martínez ha llegado a una conclusión ineludible: su criterio nunca fue escuchado. Aunque aceptó ser parte de La Oreja de Van Gogh porque entendía que era su lugar en el grupo, ahora ve que "al aceptarlo, se silencian muchas cosas". Esta reflexión la ha llevado a burlarse de sus años de "sustituta", y a plantearse si alguna vez dejó de serlo.
La cantante recordó la presión a nivel social que sintió cuando entró en La Oreja de Van Gogh para sustituir a Amaia Montero, quien ya tenía una trayectoria y reconocimiento en el grupo. "Era un reto entrar en una banda con toda esa experiencia y todo lo que había conseguido", explicó Martínez. "Tuve miedo porque el ruido era si sería capaz de sostenerlo y me recaía solo en mí esa presión, a nivel social al menos".
Pero ahora, después de años de silencio y sorpresas, Leire Martínez ha encontrado su voz. En una charla reciente junto a Francisca Valenzuela, la cantante declaró que "ahora yo decido y elijo". Es la primera vez en muchos años que siente que esto es lo que quiere hacer. Esta nueva perspectiva la ha llevado a reflexionar sobre cómo su abrupta salida de La Oreja de Van Gogh puede haber transformado conciencias.
La experiencia vivida hace años, cuando aún estaba en el grupo, también la ha hecho replantearse sus opiniones. "Estábamos celebrando un número 1 y el presidente de la compañía me dijo: 'Mmm, ¡qué tetas tienes!'", recordó Martínez. Sin embargo, cuando expuso la situación a sus compañeros, "ninguno de los hombres" que la acompañaba hizo nada.
En este sentido, Martínez ha apuntado que una perspectiva más feminista en la industria no pasa solo por crear comunidad entre las mujeres que trabajan en ella, sino también en que los hombres asuman esa óptica. "Funcionamos mucho desde el discurso, pero hay que pasar a la acción", declaró.
Después de 17 años de ser una de las voces más destacadas del grupo, Leire Martínez ha llegado a una conclusión ineludible: su criterio nunca fue escuchado. Aunque aceptó ser parte de La Oreja de Van Gogh porque entendía que era su lugar en el grupo, ahora ve que "al aceptarlo, se silencian muchas cosas". Esta reflexión la ha llevado a burlarse de sus años de "sustituta", y a plantearse si alguna vez dejó de serlo.
La cantante recordó la presión a nivel social que sintió cuando entró en La Oreja de Van Gogh para sustituir a Amaia Montero, quien ya tenía una trayectoria y reconocimiento en el grupo. "Era un reto entrar en una banda con toda esa experiencia y todo lo que había conseguido", explicó Martínez. "Tuve miedo porque el ruido era si sería capaz de sostenerlo y me recaía solo en mí esa presión, a nivel social al menos".
Pero ahora, después de años de silencio y sorpresas, Leire Martínez ha encontrado su voz. En una charla reciente junto a Francisca Valenzuela, la cantante declaró que "ahora yo decido y elijo". Es la primera vez en muchos años que siente que esto es lo que quiere hacer. Esta nueva perspectiva la ha llevado a reflexionar sobre cómo su abrupta salida de La Oreja de Van Gogh puede haber transformado conciencias.
La experiencia vivida hace años, cuando aún estaba en el grupo, también la ha hecho replantearse sus opiniones. "Estábamos celebrando un número 1 y el presidente de la compañía me dijo: 'Mmm, ¡qué tetas tienes!'", recordó Martínez. Sin embargo, cuando expuso la situación a sus compañeros, "ninguno de los hombres" que la acompañaba hizo nada.
En este sentido, Martínez ha apuntado que una perspectiva más feminista en la industria no pasa solo por crear comunidad entre las mujeres que trabajan en ella, sino también en que los hombres asuman esa óptica. "Funcionamos mucho desde el discurso, pero hay que pasar a la acción", declaró.