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La costa gallega es un tesoro inmenso, lleno de secretos y milagros. Entre los muchos lugares que se visitan cada año, una de las joyas más valiosas es la Ermita de Santa Comba en Ferrol. Esta maravilla románica se erige en lo alto de un promontorio costero, pero no es fácil alcanzarla. Sólo se puede acceder a ella durante ciertas horas del día, cuando el mar permite pasar el muelle que une la tierra con el agua.
La Ermita de Santa Comba es una historia milenaria, rodeada de leyendas y misterio. Se cree que este lugar fue un antiguo castro, conquistado por los romanos y desde donde se levantó un templo prístino. Con el tiempo, ese templo evolucionó hasta convertirse en el santuario que se puede ver hoy en día.
La ermita tiene una sola nave con muros de sillería y ha sido un centro de peregrinación desde el siglo XIII. En la última semana del mes de julio, se celebra una romería a la que acuden miles de devotos. A pesar de sus restauraciones en la Edad Media, la ermita sigue dominando todo el litoral de la parroquia de Covas.
Sin embargo, su ubicación también causa problemas y encantamiento. La fuerza de las aguas ha hecho mella en más de una ocasión, incluyendo un temporal que destrozó las escaleras de acceso a la ermita en el 2010. Pero en 2018, se rehabilitaron los escalones. Hoy en día, para llegar hasta la ermita hay que dirigirse a la playa de Santa Comba, un arenal casi virgen con dunas.
La única forma de subir al templo es durante las mareas bajas, lo que aún más intensifica el misticismo del lugar. Para llegar desde Ferrol, se debe tomar la N-655 y luego salir por la DP-3603, tomando el desvío que lleva hasta el mar. Es un viaje merecedor de una visita a esta hermosa ermita románica, rodeada de leyendas y secretos que esperan ser descubiertos.
La Ermita de Santa Comba es una historia milenaria, rodeada de leyendas y misterio. Se cree que este lugar fue un antiguo castro, conquistado por los romanos y desde donde se levantó un templo prístino. Con el tiempo, ese templo evolucionó hasta convertirse en el santuario que se puede ver hoy en día.
La ermita tiene una sola nave con muros de sillería y ha sido un centro de peregrinación desde el siglo XIII. En la última semana del mes de julio, se celebra una romería a la que acuden miles de devotos. A pesar de sus restauraciones en la Edad Media, la ermita sigue dominando todo el litoral de la parroquia de Covas.
Sin embargo, su ubicación también causa problemas y encantamiento. La fuerza de las aguas ha hecho mella en más de una ocasión, incluyendo un temporal que destrozó las escaleras de acceso a la ermita en el 2010. Pero en 2018, se rehabilitaron los escalones. Hoy en día, para llegar hasta la ermita hay que dirigirse a la playa de Santa Comba, un arenal casi virgen con dunas.
La única forma de subir al templo es durante las mareas bajas, lo que aún más intensifica el misticismo del lugar. Para llegar desde Ferrol, se debe tomar la N-655 y luego salir por la DP-3603, tomando el desvío que lleva hasta el mar. Es un viaje merecedor de una visita a esta hermosa ermita románica, rodeada de leyendas y secretos que esperan ser descubiertos.