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En el corazón de la Argentina, miles de españoles están luchando por recuperar una parte de su pasado. Se trata de nacionalidad española, un derecho que hasta ahora solo estaba disponible para aquellos cuyos antepasados fueron exiliados por razones políticas o ideológicas. La Ley de Memoria Democrática de 2022 ha abierto la puerta a este derecho, pero también ha creado una gran expectativa y ansiedad entre los descendientes de españoles que ahora pueden solicitarla.
La historia de Ángeles y Pedro Mateu es un ejemplo perfecto de esta lucha. Los dos argentinos se conocieron en el Casal de Cataluña, un centro donde las familias catalanas se reunían para no olvidar su raíz. Ángeles fue a Argentina con su madre y hermanas después de que su padre, anarquista y republicano, tuviera que huir de España debido a la guerra. Pedrro tiene que recoger el testigo de la memoria familiar y cuenta que su familia se juntaba en este centro para no olvidar su pasado.
Entre los 900.000 descendientes de españoles del mundo, cerca de 40% lo son argentinos. Estos ciudadanos están buscando recuperar una parte de su identidad, que fue perdida o suprimida durante la dictadura. Juan Manuel De Hoz, nacido en Buenos Aires, tiene que recorrer largas distancias y solicitudes para conseguirla. Su camino ha sido difícil, incluso cuando su familia tuvo que dejar España por razones políticas.
Pero hay muchos más como él. Jordi Mateu cuenta que sus padres se conocieron en el Casal de Cataluña y habla de cómo la Ley de Memoria Democrática ha cambiado la vida de los descendientes de españoles. Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, asegura que la ley busca reparar las consecuencias del exilio por razones políticas, sociales ideológicas, de creencia u orientación e identidad sexual.
"El pasaporte español te da muchas más posibilidades", dice Flor Biondi, bisabuela argentina nacida en Galicia. Ella viajó embarazada con su marido y se registró en el Hotel de los Inmigrantes en Buenos Aires en 1927. Pero ella nunca pudo nacionalizarse porque no encontró la partida de nacimiento de sus bisabuelos en España. Ahora, gracias a la Ley de Memoria Democrática, ella puede tener un pasaporte español y descubrir más sobre su pasado.
Las historias de Mateu, De Hoz y Biondi son solo un ejemplo del dolor y la lucha de los descendientes de españoles que han sido obligados a abandonar sus hogares. Pero también es un testimonio de cómo la identidad se puede recuperar y cómo el pasaporte español puede darle una nueva oportunidad a aquellos que nunca tuvieron la chance de tenerlo.
La historia de Ángeles y Pedro Mateu es un ejemplo perfecto de esta lucha. Los dos argentinos se conocieron en el Casal de Cataluña, un centro donde las familias catalanas se reunían para no olvidar su raíz. Ángeles fue a Argentina con su madre y hermanas después de que su padre, anarquista y republicano, tuviera que huir de España debido a la guerra. Pedrro tiene que recoger el testigo de la memoria familiar y cuenta que su familia se juntaba en este centro para no olvidar su pasado.
Entre los 900.000 descendientes de españoles del mundo, cerca de 40% lo son argentinos. Estos ciudadanos están buscando recuperar una parte de su identidad, que fue perdida o suprimida durante la dictadura. Juan Manuel De Hoz, nacido en Buenos Aires, tiene que recorrer largas distancias y solicitudes para conseguirla. Su camino ha sido difícil, incluso cuando su familia tuvo que dejar España por razones políticas.
Pero hay muchos más como él. Jordi Mateu cuenta que sus padres se conocieron en el Casal de Cataluña y habla de cómo la Ley de Memoria Democrática ha cambiado la vida de los descendientes de españoles. Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, asegura que la ley busca reparar las consecuencias del exilio por razones políticas, sociales ideológicas, de creencia u orientación e identidad sexual.
"El pasaporte español te da muchas más posibilidades", dice Flor Biondi, bisabuela argentina nacida en Galicia. Ella viajó embarazada con su marido y se registró en el Hotel de los Inmigrantes en Buenos Aires en 1927. Pero ella nunca pudo nacionalizarse porque no encontró la partida de nacimiento de sus bisabuelos en España. Ahora, gracias a la Ley de Memoria Democrática, ella puede tener un pasaporte español y descubrir más sobre su pasado.
Las historias de Mateu, De Hoz y Biondi son solo un ejemplo del dolor y la lucha de los descendientes de españoles que han sido obligados a abandonar sus hogares. Pero también es un testimonio de cómo la identidad se puede recuperar y cómo el pasaporte español puede darle una nueva oportunidad a aquellos que nunca tuvieron la chance de tenerlo.