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La vida de Gertrude Bell, una mujer de ilusiones visionarias. Entre los papeles de un político y un alpinista, se encontró con el destino del Oriente Medio moderno.
Olivier Guez, en su nuevo libro "Mesopotamia", busca revelar la verdadera figura de Gertrude Bell, una mujer que se enfrentó a lo desconocido y misterioso. Una vida que podría haber sido el sueño de cualquier persona: riqueza, fama, amor... Pero no fue así. A los 21 años, Bell quedó huérfana de su familia y tuvo que construirse desde cero. La ambición la llevó a Oxford, donde estudió filosofía y se convirtió en una gran alpinista. En el desierto del Oriente Medio, conoció a Lawrence de Arabia, su amado.
Sin embargo, detrás de la personalidad apacible de Bell se escondían ambiciones políticas. Se convirtió en una figura clave en la creación del Imperio Británico en el Oriente Próximo. En realidad, Bell era una conservadora que defendía la expansión del imperio, aunque rechazaba a las sufragistas.
La figura de Gertrude Bell también se ha relacionado con el orientalismo, ese concepto que describe la mirada estereotipada del Occidente sobre el Oriente. Guez resalta cómo esta visión se remonta al siglo XIX y principios del XX, cuando los europeos visitaban África o Asia para describir sus culturas desde una perspectiva de superioridad.
En el libro de Guez hay una reflexión profunda sobre la relación entre árabes y europeos. ¿Es inevitable el conflicto entre ambos mundos? La respuesta no es clara. Hay una constante pendular historia de oposición y coexistencia, según Olivier Guez.
La vida de Gertrude Bell terminó en un destino solitario y olvidado. Una mujer que se enfrentó al mundo y lo cambió para siempre.
Olivier Guez, en su nuevo libro "Mesopotamia", busca revelar la verdadera figura de Gertrude Bell, una mujer que se enfrentó a lo desconocido y misterioso. Una vida que podría haber sido el sueño de cualquier persona: riqueza, fama, amor... Pero no fue así. A los 21 años, Bell quedó huérfana de su familia y tuvo que construirse desde cero. La ambición la llevó a Oxford, donde estudió filosofía y se convirtió en una gran alpinista. En el desierto del Oriente Medio, conoció a Lawrence de Arabia, su amado.
Sin embargo, detrás de la personalidad apacible de Bell se escondían ambiciones políticas. Se convirtió en una figura clave en la creación del Imperio Británico en el Oriente Próximo. En realidad, Bell era una conservadora que defendía la expansión del imperio, aunque rechazaba a las sufragistas.
La figura de Gertrude Bell también se ha relacionado con el orientalismo, ese concepto que describe la mirada estereotipada del Occidente sobre el Oriente. Guez resalta cómo esta visión se remonta al siglo XIX y principios del XX, cuando los europeos visitaban África o Asia para describir sus culturas desde una perspectiva de superioridad.
En el libro de Guez hay una reflexión profunda sobre la relación entre árabes y europeos. ¿Es inevitable el conflicto entre ambos mundos? La respuesta no es clara. Hay una constante pendular historia de oposición y coexistencia, según Olivier Guez.
La vida de Gertrude Bell terminó en un destino solitario y olvidado. Una mujer que se enfrentó al mundo y lo cambió para siempre.