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"¿Cómo convertirse en una estatua frente al ordenador? Un análisis sobre la importancia de moverse en el trabajo".
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, parece que la sedentaria es la nueva norma. Las horas sentadas frente al monitor se han vuelto cada vez más habituales, y con ellas, las consecuencias para nuestra salud física y emocional. Un estudio de 2021 reveló que el sedentarismo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad en un 75%. Pero ¿quién es el culpable? ¿Es la empresa, o nosotros mismos?
La respuesta es simple: todos. Nuestras empresas no están diseñadas para que nos movamos. Los escritorios fijos, las sillas de trabajo y las pantallas que absorben todo nuestro espacio y atención son como un abrazo estrecho que nos impide respirar. Y nosotros, como trabajadores sedentarios, somos responsables de mantener esa rutina.
"El sedentarismo es la pandemia silenciosa del siglo", advierte Nuria Díaz, fisioterapeuta y experta en ergonomía. "Es una epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo". Pero ¿cómo podemos evitar convertirnos en estatuas de piedra frente al ordenador?
La solución es simple: moverse. Durante las pausas, debemos realizar movimientos específicos para liberar tensiones y activar la circulación. Desbloquear cervical y torácico llevando los codos hacia atrás, movilidad del cuello con suaves giros laterales, caminar en puntillas o hacer mini sentadillas son algunas de las técnicas que se recomiendan.
Pero ¿cómo podemos hacerlo? La respuesta es la ergonomía. Ajustar el entorno al trabajador, no solo para comodidad, sino también para prevenir el desgaste físico y mental, es clave. La silla debe estar bien colocada, la pantalla debe estar a la altura de los ojos y enfrente, no hacia la derecha ni hacia la izquierda, ni más baja.
La ley sobre Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 14 la obligación de "adaptar el trabajo a la persona". Pero ¿cómo se garantiza que las empresas cumplan con esta obligación? La respuesta es la tecnología. Herramientas como ErgonizaT permiten detectar los errores de ergonomía y ajustar lo necesario antes de que el cuerpo empiece a doler.
El teletrabajo, por otro lado, tiende a infringir los límites entre la vida laboral y la vida personal, lo que lleva a "jornadas laborales aún más extensas". Pero ¿cómo podemos evitar esto? La respuesta es simple: trabajar de manera consciente. Dejar el ordenador cada hora para estirarnos, caminar un poco o hacer algo que nos guste.
En resumen, la sedentaria no es una opción. Es una epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo. Pero podemos evitar convertirnos en estatuas de piedra frente al ordenador. Solo necesitamos movernos, trabajar de manera consciente y ajustar nuestro entorno para prevenir el desgaste físico y mental.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, parece que la sedentaria es la nueva norma. Las horas sentadas frente al monitor se han vuelto cada vez más habituales, y con ellas, las consecuencias para nuestra salud física y emocional. Un estudio de 2021 reveló que el sedentarismo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad en un 75%. Pero ¿quién es el culpable? ¿Es la empresa, o nosotros mismos?
La respuesta es simple: todos. Nuestras empresas no están diseñadas para que nos movamos. Los escritorios fijos, las sillas de trabajo y las pantallas que absorben todo nuestro espacio y atención son como un abrazo estrecho que nos impide respirar. Y nosotros, como trabajadores sedentarios, somos responsables de mantener esa rutina.
"El sedentarismo es la pandemia silenciosa del siglo", advierte Nuria Díaz, fisioterapeuta y experta en ergonomía. "Es una epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo". Pero ¿cómo podemos evitar convertirnos en estatuas de piedra frente al ordenador?
La solución es simple: moverse. Durante las pausas, debemos realizar movimientos específicos para liberar tensiones y activar la circulación. Desbloquear cervical y torácico llevando los codos hacia atrás, movilidad del cuello con suaves giros laterales, caminar en puntillas o hacer mini sentadillas son algunas de las técnicas que se recomiendan.
Pero ¿cómo podemos hacerlo? La respuesta es la ergonomía. Ajustar el entorno al trabajador, no solo para comodidad, sino también para prevenir el desgaste físico y mental, es clave. La silla debe estar bien colocada, la pantalla debe estar a la altura de los ojos y enfrente, no hacia la derecha ni hacia la izquierda, ni más baja.
La ley sobre Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 14 la obligación de "adaptar el trabajo a la persona". Pero ¿cómo se garantiza que las empresas cumplan con esta obligación? La respuesta es la tecnología. Herramientas como ErgonizaT permiten detectar los errores de ergonomía y ajustar lo necesario antes de que el cuerpo empiece a doler.
El teletrabajo, por otro lado, tiende a infringir los límites entre la vida laboral y la vida personal, lo que lleva a "jornadas laborales aún más extensas". Pero ¿cómo podemos evitar esto? La respuesta es simple: trabajar de manera consciente. Dejar el ordenador cada hora para estirarnos, caminar un poco o hacer algo que nos guste.
En resumen, la sedentaria no es una opción. Es una epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo. Pero podemos evitar convertirnos en estatuas de piedra frente al ordenador. Solo necesitamos movernos, trabajar de manera consciente y ajustar nuestro entorno para prevenir el desgaste físico y mental.