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La familia de Sandra, una joven de 14 años que se suicidó en Sevilla después de sufrir acoso escolar, está clamando por justicia. La niña fue víctima de agresiones constantes de tres compañeras de clase desde la primavera anterior y, a pesar de intentarlo, no se adoptaron medidas para detener el comportamiento de las acosadoras.
El colegio donde Sandra estudiaba, las Irlandesas de Loreto en Sevilla, sabía de los hechos pero no tomó las debidas precauciones. La dirección del centro nunca se comuniqué con las familias de las niñas que supuestamente acosaban a Sandra ni se le brindó apoyo o protección.
"La impotencia es total al ver que ni siquiera se intentó ponerle freno", lamenta Isaac Villar, tío materno y portavoz de la familia. La familia de Sandra ha denunciado su muerte a las autoridades y espera justicia.
Guillermo Fouce, doctor en Psicología y coordinador de Psicólogos sin Fronteras, afirma que el colegio no estaba preparado para detectar los casos de acoso escolar y aplicar los protocolos de acoso con eficacia. "La falta de recursos y sensibilidad para proteger a las víctimas es un problema grave", destaca.
La familia de Sandra ha expresado su indignación por la inacción del colegio y espera que se depuren responsabilidades en este caso. El suicidio, como sostiene Fouce, es un fenómeno multicausal y no hay que confundir el desencadenante con la causa.
La familia de Sandra está valorando la posibilidad de iniciar acciones legales contra el colegio. Las paredes del centro de las Irlandesas de Loreto estaban cubiertas de pintadas con mensajes como "asesinos", "culpables" o "no quedaréis impunes".
En el lugar donde falleció Sandra, sus compañeros mostraron su apoyo a la familia con carteles y flores. La madre de Sandra recuerda que su hija tenía muchas amigas en el colegio, pero no sabe qué le pasó por la cabeza antes de tomar la decisión extrema.
"La impotencia es grande", afirma Villar, "pero esperamos que esto sirva para que tome conciencia todo el mundo y especialmente los que tienen que tomar decisiones para evitar que este caso repita".
El colegio donde Sandra estudiaba, las Irlandesas de Loreto en Sevilla, sabía de los hechos pero no tomó las debidas precauciones. La dirección del centro nunca se comuniqué con las familias de las niñas que supuestamente acosaban a Sandra ni se le brindó apoyo o protección.
"La impotencia es total al ver que ni siquiera se intentó ponerle freno", lamenta Isaac Villar, tío materno y portavoz de la familia. La familia de Sandra ha denunciado su muerte a las autoridades y espera justicia.
Guillermo Fouce, doctor en Psicología y coordinador de Psicólogos sin Fronteras, afirma que el colegio no estaba preparado para detectar los casos de acoso escolar y aplicar los protocolos de acoso con eficacia. "La falta de recursos y sensibilidad para proteger a las víctimas es un problema grave", destaca.
La familia de Sandra ha expresado su indignación por la inacción del colegio y espera que se depuren responsabilidades en este caso. El suicidio, como sostiene Fouce, es un fenómeno multicausal y no hay que confundir el desencadenante con la causa.
La familia de Sandra está valorando la posibilidad de iniciar acciones legales contra el colegio. Las paredes del centro de las Irlandesas de Loreto estaban cubiertas de pintadas con mensajes como "asesinos", "culpables" o "no quedaréis impunes".
En el lugar donde falleció Sandra, sus compañeros mostraron su apoyo a la familia con carteles y flores. La madre de Sandra recuerda que su hija tenía muchas amigas en el colegio, pero no sabe qué le pasó por la cabeza antes de tomar la decisión extrema.
"La impotencia es grande", afirma Villar, "pero esperamos que esto sirva para que tome conciencia todo el mundo y especialmente los que tienen que tomar decisiones para evitar que este caso repita".