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La dinastía de los Ayuso Amador: un escándalo sin fin
El Tribunal Supremo ha condenado al Fiscal General, pero la verdadera cuestión es si la monarquía española está dispuesta a hacer justicia. La muerte del dictador Francisco Franco marcó el comienzo de una sucesión que ha dejado un rastro de corrupción y pecados originales sin resolver.
La celebración de los 50 años de monarquía ha sido un recordatorio de que, a pesar de la condena del Fiscal General, el escándalo sigue sin ser resuelto. Los Ayuso Quirón Amador, acusados de cinco delitos y pendientes del juicio oral, han encontrado el espaldarazo del Tribunal Supremo para continuar sus planes.
La compra de un segundo piso en el que ya residían la pareja, a pesar de estar pendiente de juicio, y con un crédito de 600.000 euros concedido por la Caja Rural de Zamora, es un ejemplo de cómo la corrupción sigue viva en las altas esferas del poder. El novio de Ayuso acaba de comprar este piso, a pesar de que solo recientemente ha sido condenado y que los bancos ya no le dan crédito debido a su historial de delitos.
La indefensión de Ayuso ante el Tribunal Supremo es un ejemplo de cómo la justicia puede ser comprada. El fiscal general, acusado de no hacer lo suficiente para investigar los delitos de la pareja, ha sido condenado sin pruebas y testimonios en contra. La dinastía Borbón debería estar preocupada, porque los Ayuso Amador vienen fuertes y traen mucha trampa encima.
La respuesta adecuada no es el silencio, sino que hay que hacer justicia y castigar a aquellos que han sido condenados sin pruebas. La corrupción en las altas esferas del poder debe ser combatida con firmeza y sin miedo a las consecuencias.
El Tribunal Supremo ha condenado al Fiscal General, pero la verdadera cuestión es si la monarquía española está dispuesta a hacer justicia. La muerte del dictador Francisco Franco marcó el comienzo de una sucesión que ha dejado un rastro de corrupción y pecados originales sin resolver.
La celebración de los 50 años de monarquía ha sido un recordatorio de que, a pesar de la condena del Fiscal General, el escándalo sigue sin ser resuelto. Los Ayuso Quirón Amador, acusados de cinco delitos y pendientes del juicio oral, han encontrado el espaldarazo del Tribunal Supremo para continuar sus planes.
La compra de un segundo piso en el que ya residían la pareja, a pesar de estar pendiente de juicio, y con un crédito de 600.000 euros concedido por la Caja Rural de Zamora, es un ejemplo de cómo la corrupción sigue viva en las altas esferas del poder. El novio de Ayuso acaba de comprar este piso, a pesar de que solo recientemente ha sido condenado y que los bancos ya no le dan crédito debido a su historial de delitos.
La indefensión de Ayuso ante el Tribunal Supremo es un ejemplo de cómo la justicia puede ser comprada. El fiscal general, acusado de no hacer lo suficiente para investigar los delitos de la pareja, ha sido condenado sin pruebas y testimonios en contra. La dinastía Borbón debería estar preocupada, porque los Ayuso Amador vienen fuertes y traen mucha trampa encima.
La respuesta adecuada no es el silencio, sino que hay que hacer justicia y castigar a aquellos que han sido condenados sin pruebas. La corrupción en las altas esferas del poder debe ser combatida con firmeza y sin miedo a las consecuencias.