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"La Cultura Israelí y la Guerra en Gaza: Un Trauma Sin Fin"
Desde el 7 de octubre de 2023, la sociedad israelí ha sido golpeada por una serie de traumas sin precedentes. El ataque del 7-O, que resultó en la muerte de más de 250 personas, incluyendo mujeres y niños, dejó a Israel en un estado de shock. La guerra que siguió, que se caracterizó por la devastación en la Franja de Gaza, ha llevado a una gran cantidad de rehenes secuestrados y a una oleada de condenas en el mundo.
La cultura israelí, que antes había sido una fuente de orgullo y diversidad, ahora se encuentra debilitada. Muchos escritores, actores y músicos israelíes han estado viviendo con los condicionantes del boicot internacional, que ha limitado su capacidad para publicar y editar sus obras en el extranjero.
"El boicot no es una solución en Israel", afirma Shiri Lev-Ari, especialista literaria. "Provoca victimismo y despierta el instinto de encerrarnos". La dificultad para traducir y editar literatura israelí en el extranjero ha reducido su potencial de difusión.
La guerra también ha afectado a la industria del entretenimiento, con muchos artistas que se han retirado de la escena pública debido al trauma y la angustia. Sin embargo, algunos han encontrado una forma de expresarse y desahogarse a través de la poesía y la escritura.
Shlomo Efrati, un poeta israelí, ha sido uno de los más destacados en este sentido. Después del ataque del 7-O, fue llamado a filas como reservista al campo de Shura, donde trabajó con cadáveres de soldados y civiles asesinados. La experiencia le inspiró a escribir poemas y notas que finalmente se publicaron en un suplemento de cultura de Haaretz.
"Me sorprendió tanto la crueldad como la aleatoriedad", recuerda Efrati. "Ese día daba igual quién fueras. Ibas a ser asesinado". Sus palabras, escritas de forma desordenada en su móvil, acabaron siendo elogiadas y traducidas al inglés y al alemán.
La cultura israelí también ha sido afectada por la guerra en Gaza. La conmoción paralizó la industria en los primeros meses, pero luego salieron a flote libros, canciones y documentales que recrearon el llamado "Sábado negro". Había textos que iban desde el homenaje individual al oficial muerto en la defensa de un kibutz hasta la reivindicación del mensaje antibelicista y de solidaridad con las víctimas israelíes y gazatíes.
La libertad de expresión también ha sido a prueba durante la guerra. La televisión pública israelí emitió una película que retrata las injusticias cometidas por israelíes y palestinos, lo que refleja que Israel se encuentra en una democracia.
"Debemos protegerla", afirma Lev-Ari. "Ser ciudadano en Israel requiere ser muy activo". La cultura israelí sigue siendo un reflejo de la sociedad y los valores del país, y su capacidad para expresar y desahogarse es fundamental para su supervivencia y crecimiento.
En última instancia, la guerra en Gaza ha dejado a Israel con un trauma sin fin. La cultura israelí, que antes había sido una fuente de orgullo y diversidad, ahora se encuentra debilitada, pero también tiene la oportunidad de renovarse y encontrar nuevas formas de expresión y desahogo.
Desde el 7 de octubre de 2023, la sociedad israelí ha sido golpeada por una serie de traumas sin precedentes. El ataque del 7-O, que resultó en la muerte de más de 250 personas, incluyendo mujeres y niños, dejó a Israel en un estado de shock. La guerra que siguió, que se caracterizó por la devastación en la Franja de Gaza, ha llevado a una gran cantidad de rehenes secuestrados y a una oleada de condenas en el mundo.
La cultura israelí, que antes había sido una fuente de orgullo y diversidad, ahora se encuentra debilitada. Muchos escritores, actores y músicos israelíes han estado viviendo con los condicionantes del boicot internacional, que ha limitado su capacidad para publicar y editar sus obras en el extranjero.
"El boicot no es una solución en Israel", afirma Shiri Lev-Ari, especialista literaria. "Provoca victimismo y despierta el instinto de encerrarnos". La dificultad para traducir y editar literatura israelí en el extranjero ha reducido su potencial de difusión.
La guerra también ha afectado a la industria del entretenimiento, con muchos artistas que se han retirado de la escena pública debido al trauma y la angustia. Sin embargo, algunos han encontrado una forma de expresarse y desahogarse a través de la poesía y la escritura.
Shlomo Efrati, un poeta israelí, ha sido uno de los más destacados en este sentido. Después del ataque del 7-O, fue llamado a filas como reservista al campo de Shura, donde trabajó con cadáveres de soldados y civiles asesinados. La experiencia le inspiró a escribir poemas y notas que finalmente se publicaron en un suplemento de cultura de Haaretz.
"Me sorprendió tanto la crueldad como la aleatoriedad", recuerda Efrati. "Ese día daba igual quién fueras. Ibas a ser asesinado". Sus palabras, escritas de forma desordenada en su móvil, acabaron siendo elogiadas y traducidas al inglés y al alemán.
La cultura israelí también ha sido afectada por la guerra en Gaza. La conmoción paralizó la industria en los primeros meses, pero luego salieron a flote libros, canciones y documentales que recrearon el llamado "Sábado negro". Había textos que iban desde el homenaje individual al oficial muerto en la defensa de un kibutz hasta la reivindicación del mensaje antibelicista y de solidaridad con las víctimas israelíes y gazatíes.
La libertad de expresión también ha sido a prueba durante la guerra. La televisión pública israelí emitió una película que retrata las injusticias cometidas por israelíes y palestinos, lo que refleja que Israel se encuentra en una democracia.
"Debemos protegerla", afirma Lev-Ari. "Ser ciudadano en Israel requiere ser muy activo". La cultura israelí sigue siendo un reflejo de la sociedad y los valores del país, y su capacidad para expresar y desahogarse es fundamental para su supervivencia y crecimiento.
En última instancia, la guerra en Gaza ha dejado a Israel con un trauma sin fin. La cultura israelí, que antes había sido una fuente de orgullo y diversidad, ahora se encuentra debilitada, pero también tiene la oportunidad de renovarse y encontrar nuevas formas de expresión y desahogo.