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La congresista ultraconservadora Marjorie Taylor Greene anunció su renuncia como representante de Georgia en la Cámara de Representantes, tras ser acusada por Donald Trump de ser una "traidor". Greene fue una aliada cercana del presidente republicano y una defensora de sus políticas, pero se alejó de él después de expresar su disconformidad con su gesto hacia los demócratas en la desclasificación de los archivos del expresidente Bill Clinton sobre el caso Jeffrey Epstein.
Greene decidió dejar su cargo para evitar una "primaria dolorosa y llena de odio" en su distrito, según se mencionó en un video grabado por ella. En este mismo video, Greene expresó que su decisión fue influenciada por las críticas recibidas por Trump después de que él la llamara de "traidor", lo que la llevó a tomar la decisión difícil de abandonar el partido republicano.
La renuncia de Greene se produce en un momento complicado para el republicanismo, ya que muchos de sus miembros están enfrentando desafíos internos y presiones externas. Además, la alianza de Greene con Trump ha sido una fuente de críticas y controversia, particularmente después de su relación con QAnon y su defensa de teorías conspirativas.
Greene fue elegida para el Congreso en 2020 y se convirtió rápidamente en un foco de atención debido a sus opiniones políticas. Aunque inicialmente fue apoyada por Trump, su descontento con él se remonta al menos al mayo del año pasado, cuando anunció que no se postularía para el Senado.
La renuncia de Greene también tendrá repercusiones en la Cámara de Representantes y el partido republicano, cuyos miembros pueden enfrentar presiones para tomar medidas firmes contra sus miembros más extremistas.
Greene decidió dejar su cargo para evitar una "primaria dolorosa y llena de odio" en su distrito, según se mencionó en un video grabado por ella. En este mismo video, Greene expresó que su decisión fue influenciada por las críticas recibidas por Trump después de que él la llamara de "traidor", lo que la llevó a tomar la decisión difícil de abandonar el partido republicano.
La renuncia de Greene se produce en un momento complicado para el republicanismo, ya que muchos de sus miembros están enfrentando desafíos internos y presiones externas. Además, la alianza de Greene con Trump ha sido una fuente de críticas y controversia, particularmente después de su relación con QAnon y su defensa de teorías conspirativas.
Greene fue elegida para el Congreso en 2020 y se convirtió rápidamente en un foco de atención debido a sus opiniones políticas. Aunque inicialmente fue apoyada por Trump, su descontento con él se remonta al menos al mayo del año pasado, cuando anunció que no se postularía para el Senado.
La renuncia de Greene también tendrá repercusiones en la Cámara de Representantes y el partido republicano, cuyos miembros pueden enfrentar presiones para tomar medidas firmes contra sus miembros más extremistas.