RincónDelSur
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El abandono escolar es una realidad que golpea a miles de jóvenes en Cataluña, y especialmente en las instituciones públicas. Aún nos encontramos con una tasa de abandono del 13,7%, lo que supone que se abandonan los estudios tras la ESO unos 70.000 jóvenes catalanes entre 18 y 24 años.
Los casos de Eilel, Ainhoa, Judith y Ana son ejemplos de cómo las dificultades escolares pueden afectar a las vidas de estos jóvenes, quienes se sienten abandonados por el sistema educativo. La falta de apoyo y orientación puede llevar a que los estudiantes se desmotiven y abandonen sus estudios.
"Me dijeron que era un caso perdido, que no servía para estudiar", recuerda Eilel, quien hoy es técnico en Farmacia. Aunque ha logrado salir del túnel, se considera afortunado por haber podido pagar un psicólogo que le ayudara.
La Fundación Bofill, entidad especializada en temas educativos, auspicia a 300 jóvenes que han explicado su experiencia con la dificultad de seguir estudiando. Entre ellos están Ainhoa y Judith, quienes hablan sobre cómo los temas económicos y personales les dificultaban el acceso a la educación.
"Muchas veces en casa no había dinero para material, transporte o actividades, y eso me hacía sentir que estudiaba con desigualdad respecto a otros compañeros", explica Judith. "He escuchado frases como 'no llegarás a ningún sitio' o 'no sirves para estudiar', lo que me hizo sentir invisible y sin valor".
Por su parte, Ana habla sobre cómo un sistema rígido no se adaptó a sus necesidades. Cuando sufrió una sepsis, tuvo que abandonar los estudios, pero el problema persistió cuando quiso volver.
"Cuando quise volver a retomar los estudios, me encontré que tenía muchos exámenes pendientes, pero yo no me sentía preparada", recuerda Ana. "Hablé con los profesores y pedí hacer trabajos individuales, pero me dijeron que no, que sin exámenes teóricos no podían evaluarme".
La iniciativa de la Fundación Bofill busca reclamar más acciones a la Generalitat para reducir el abandono escolar. El director de la fundación, Ismael Palacín, enfatiza que "tenemos un gran déficit en políticas de continuidad educativa, no estamos invirtiendo en orientación ni en becas para hacer que estos jóvenes continúen trabajando".
La consejera de Educación, Esther Niubó, anunció que el próximo 7 de noviembre presentará el Plan de acción contra el abandono escolar prematuro. Sin embargo, muchos como Eilel y Ainhoa sienten que ya es hora de actuar.
"No somos números, somos personas que quieren tener un futuro", reclama Ainhoa. "Pide fortalecer el sistema de becas y un sistema 'más sensible y equitativo'".
Los casos de Eilel, Ainhoa, Judith y Ana son ejemplos de cómo las dificultades escolares pueden afectar a las vidas de estos jóvenes, quienes se sienten abandonados por el sistema educativo. La falta de apoyo y orientación puede llevar a que los estudiantes se desmotiven y abandonen sus estudios.
"Me dijeron que era un caso perdido, que no servía para estudiar", recuerda Eilel, quien hoy es técnico en Farmacia. Aunque ha logrado salir del túnel, se considera afortunado por haber podido pagar un psicólogo que le ayudara.
La Fundación Bofill, entidad especializada en temas educativos, auspicia a 300 jóvenes que han explicado su experiencia con la dificultad de seguir estudiando. Entre ellos están Ainhoa y Judith, quienes hablan sobre cómo los temas económicos y personales les dificultaban el acceso a la educación.
"Muchas veces en casa no había dinero para material, transporte o actividades, y eso me hacía sentir que estudiaba con desigualdad respecto a otros compañeros", explica Judith. "He escuchado frases como 'no llegarás a ningún sitio' o 'no sirves para estudiar', lo que me hizo sentir invisible y sin valor".
Por su parte, Ana habla sobre cómo un sistema rígido no se adaptó a sus necesidades. Cuando sufrió una sepsis, tuvo que abandonar los estudios, pero el problema persistió cuando quiso volver.
"Cuando quise volver a retomar los estudios, me encontré que tenía muchos exámenes pendientes, pero yo no me sentía preparada", recuerda Ana. "Hablé con los profesores y pedí hacer trabajos individuales, pero me dijeron que no, que sin exámenes teóricos no podían evaluarme".
La iniciativa de la Fundación Bofill busca reclamar más acciones a la Generalitat para reducir el abandono escolar. El director de la fundación, Ismael Palacín, enfatiza que "tenemos un gran déficit en políticas de continuidad educativa, no estamos invirtiendo en orientación ni en becas para hacer que estos jóvenes continúen trabajando".
La consejera de Educación, Esther Niubó, anunció que el próximo 7 de noviembre presentará el Plan de acción contra el abandono escolar prematuro. Sin embargo, muchos como Eilel y Ainhoa sienten que ya es hora de actuar.
"No somos números, somos personas que quieren tener un futuro", reclama Ainhoa. "Pide fortalecer el sistema de becas y un sistema 'más sensible y equitativo'".