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En una antigua cumbre funeraria, se han descubierto inscripciones en cerámica de aproximadamente 7.000 años, lo que podría marcar el comienzo oficial de la escritura china. Estos hallazgos, realizados por un equipo de científicos en el yacimiento neolítico de Liulinxi, en la provincia de Hubei, China, podrían adelantar nuestra comprensión del origen de los caracteres chinos.
Los arqueólogos, liderados por Feng Shi, han identificado ocho sinogramas grabados en objetos cerámicos recuperados en el yacimiento. Entre estos se encuentran las letras zhu, wei y yao, que son significativas porque corresponden a rasgos consistentes con el sistema de escritura sobre hueso de la dinastía Shang (1600-1046 a.C.).
Estos hallazgos sugieren que los caracteres chinos podrían haber evolucionado desde los pictogramas hasta su forma actual en un plazo de tiempo significativamente más corto de lo que se pensaba. Los expertos consideran que la acumulación de estos descubrimientos aumenta las posibilidades de establecer una línea de continuidad que se remonte a la dinastía Shang.
La presencia de estas inscripciones en cerámica es especialmente interesante porque revela la complejidad de la vida y la cultura de los antiguos habitantes de Liulinxi. En el pasado, se cree que esta región era un importante centro comercial y cultural durante la dinastía Shang.
Los ocho sinogramas recuperados han sido trasladados al Museo de la Migración de las Tres Gargantas en Hubei, donde pueden ser estudiados por los expertos. Estos hallazgos demuestran el auge del estudio de la escritura china y su rica historia que se remonta a más de 4.000 años atrás.
Estas descubiertas están abriendo nuevas posibilidades para comprender la cultura y la historia de China, y muestran que la búsqueda de la verdad sobre nuestros orígenes sigue siendo una emoción constante en el mundo de las investigaciones arqueológicas.
Los arqueólogos, liderados por Feng Shi, han identificado ocho sinogramas grabados en objetos cerámicos recuperados en el yacimiento. Entre estos se encuentran las letras zhu, wei y yao, que son significativas porque corresponden a rasgos consistentes con el sistema de escritura sobre hueso de la dinastía Shang (1600-1046 a.C.).
Estos hallazgos sugieren que los caracteres chinos podrían haber evolucionado desde los pictogramas hasta su forma actual en un plazo de tiempo significativamente más corto de lo que se pensaba. Los expertos consideran que la acumulación de estos descubrimientos aumenta las posibilidades de establecer una línea de continuidad que se remonte a la dinastía Shang.
La presencia de estas inscripciones en cerámica es especialmente interesante porque revela la complejidad de la vida y la cultura de los antiguos habitantes de Liulinxi. En el pasado, se cree que esta región era un importante centro comercial y cultural durante la dinastía Shang.
Los ocho sinogramas recuperados han sido trasladados al Museo de la Migración de las Tres Gargantas en Hubei, donde pueden ser estudiados por los expertos. Estos hallazgos demuestran el auge del estudio de la escritura china y su rica historia que se remonta a más de 4.000 años atrás.
Estas descubiertas están abriendo nuevas posibilidades para comprender la cultura y la historia de China, y muestran que la búsqueda de la verdad sobre nuestros orígenes sigue siendo una emoción constante en el mundo de las investigaciones arqueológicas.