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La cacereña María Guardiola, de 45 años, ha dado un golpe maestro a la política española. La presidenta de la Junta de Extremadura anunció recientemente elecciones anticipadas para el 21 de diciembre, lo que pone en duda la estabilidad del gobierno regional.
El principal argumento de Guardiola es que sin Presupuestos no se puede gobernar. Y ella lleva un año sin aprobar las cuentas en la región y, este, que iban camino de prorrogarse por segundo consecutivo. La líder popular ha ejecutado un movimiento que no deja de ser inesperado y arriesgado.
La situación es particularmente complicada tras el rechazo absoluto de PSOE, Podemos y Vox al proyecto presupuestario del gobierno de Guardiola. Este martes finalizaba el plazo de negociación con el anuncio de los partidos en contra. Ante esta tesitura, la presidenta extremeña ha optado por el adelanto electoral.
El movimiento también ha servido al PP nacional para poner el foco en Pedro Sánchez, que también tiene las cuentas prorrogadas. “Frente al bloqueo, elecciones”, ha dicho el líder popular Alberto Núñez Feijóo. Nadie duda ya de que las elecciones extremeñas también se medirán en clave nacional.
Si no logra la mayoría absoluta, Guardiola volverá a sus orígenes y la hemeroteca no deja en buen lugar a la presidenta extremeña que necesitaría, de nuevo, un pacto con Vox para gobernar. En Extremadura nadie olvida cuando Guardiola miraba con el rabillo del ojo el discurso de nueve minutos que tenía colocado sobre el atril en la sala de prensa de piedra de la Asamblea días después de las elecciones de junio de 2023.
Los principales candidatos a la presidencia de la Junta de Extremadura serán Ángel Pelayo Gordillo de Vox, Irene de Miguel de Unidas Podemos y Miguel Ángel Gallardo del PSOE. Pero es difícil predecir quién será el ganador, dado el estado actual de las fuerzas políticas regionales.
En resumen, la situación política en Extremadura es extremadamente incierta. La elección anticipada de Guardiola ha puesto a prueba el tablero electoral español y quedará por ver si logra la mayoría absoluta.
El principal argumento de Guardiola es que sin Presupuestos no se puede gobernar. Y ella lleva un año sin aprobar las cuentas en la región y, este, que iban camino de prorrogarse por segundo consecutivo. La líder popular ha ejecutado un movimiento que no deja de ser inesperado y arriesgado.
La situación es particularmente complicada tras el rechazo absoluto de PSOE, Podemos y Vox al proyecto presupuestario del gobierno de Guardiola. Este martes finalizaba el plazo de negociación con el anuncio de los partidos en contra. Ante esta tesitura, la presidenta extremeña ha optado por el adelanto electoral.
El movimiento también ha servido al PP nacional para poner el foco en Pedro Sánchez, que también tiene las cuentas prorrogadas. “Frente al bloqueo, elecciones”, ha dicho el líder popular Alberto Núñez Feijóo. Nadie duda ya de que las elecciones extremeñas también se medirán en clave nacional.
Si no logra la mayoría absoluta, Guardiola volverá a sus orígenes y la hemeroteca no deja en buen lugar a la presidenta extremeña que necesitaría, de nuevo, un pacto con Vox para gobernar. En Extremadura nadie olvida cuando Guardiola miraba con el rabillo del ojo el discurso de nueve minutos que tenía colocado sobre el atril en la sala de prensa de piedra de la Asamblea días después de las elecciones de junio de 2023.
Los principales candidatos a la presidencia de la Junta de Extremadura serán Ángel Pelayo Gordillo de Vox, Irene de Miguel de Unidas Podemos y Miguel Ángel Gallardo del PSOE. Pero es difícil predecir quién será el ganador, dado el estado actual de las fuerzas políticas regionales.
En resumen, la situación política en Extremadura es extremadamente incierta. La elección anticipada de Guardiola ha puesto a prueba el tablero electoral español y quedará por ver si logra la mayoría absoluta.