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El presidente estadounidense Donald Trump ha dado paso a nuevas sanciones contra el sector petrolero ruso, que afectarán profundamente a dos gigantes del mercado, Rosneft y Lukoil. Estas medidas tienen como objetivo disuadir al Kremlin de continuar la guerra en Ucrania y presionarlo para negociar una solución pacífica.
La decisión de sanciones es un giro inesperado en la política de Trump hacia la guerra en Ucrania, que ha oscilado entre amenazas públicas a Moscú y un total abandono de las posiciones estadounidenses. Hasta ahora, el presidente había advertido sobre imponer medidas punitivas contra Rusia, pero nunca había cumplido sus promesas.
El anuncio llega en un momento clave: un día después de que Trump anuló la cumbre prevista con Putin en Budapest y 48 horas antes de una cita en Londres para discutir el conflicto. El líder europeo Mark Rutte, quien desembarcó sorpresivamente en Washington, también mantuvo varias reuniones con congresistas para tratar de recabar apoyo para Ucrania.
La política de Trump hacia la guerra en Ucrania ha sido incierta y ha causado inquietud en Europa. El pasado viernes, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski salió de Washington sin lograr que Trump le permitiera enviar misiles de largo alcance Tomahawk a su país. Los misiles, considerados una herramienta importante para presionar a Moscú, habían sido un punto clave en las conversaciones.
La decisión de sanciones contra el sector petrolero ruso se ha anunciado por el Departamento del Tesoro y representa un nuevo giro en la política de Trump hacia Rusia. Las medidas afectarán activos de estas dos empresas en Estados Unidos y bloquearán también las entidades que participan en más del 50% de su producción.
La OTAN y Ucrania habían solicitado el envío de misiles Tomahawk, pero Trump había indicado que no podría permitirlo debido al tiempo necesario para adiestrar a alguien en el uso de estos misiles.
La decisión de sanciones es un giro inesperado en la política de Trump hacia la guerra en Ucrania, que ha oscilado entre amenazas públicas a Moscú y un total abandono de las posiciones estadounidenses. Hasta ahora, el presidente había advertido sobre imponer medidas punitivas contra Rusia, pero nunca había cumplido sus promesas.
El anuncio llega en un momento clave: un día después de que Trump anuló la cumbre prevista con Putin en Budapest y 48 horas antes de una cita en Londres para discutir el conflicto. El líder europeo Mark Rutte, quien desembarcó sorpresivamente en Washington, también mantuvo varias reuniones con congresistas para tratar de recabar apoyo para Ucrania.
La política de Trump hacia la guerra en Ucrania ha sido incierta y ha causado inquietud en Europa. El pasado viernes, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski salió de Washington sin lograr que Trump le permitiera enviar misiles de largo alcance Tomahawk a su país. Los misiles, considerados una herramienta importante para presionar a Moscú, habían sido un punto clave en las conversaciones.
La decisión de sanciones contra el sector petrolero ruso se ha anunciado por el Departamento del Tesoro y representa un nuevo giro en la política de Trump hacia Rusia. Las medidas afectarán activos de estas dos empresas en Estados Unidos y bloquearán también las entidades que participan en más del 50% de su producción.
La OTAN y Ucrania habían solicitado el envío de misiles Tomahawk, pero Trump había indicado que no podría permitirlo debido al tiempo necesario para adiestrar a alguien en el uso de estos misiles.