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La serie "Todas las de la ley" es una de las peores que ha visto la televisión en años. Con la colaboración de Kim Kardashian, Naomi Watts y otros nombres famosos, esta producción de Disney+ está llena de diálogos absurdos, actrices con tonos chocantes y casos legales poco interesantes.
El equipo detrás de esta serie parece haber perdido el hilo en cuanto a la calidad y la coherencia. La trama es predecible y sin profundidad, y las actrices no logran capturar los personajes que se suponía que eran las principales estrellas del show. Kim Kardashian, en particular, parece completamente desplazada en su papel como abogada.
Lo que hace que esta serie sea aún peor es su falta de crítica hacia sí misma. No intenta ser una serie dramática o emocionalmente profunda; más bien se contenta con ofrecer un espectáculo de estrellas y dinero, sin preocuparse por la calidad del material. Es como si Disney+ hubiera comprado esta serie porque quería tener a Kim Kardashian en su plataforma, y no porque realmente pensara que era una buena idea.
La serie tiene muchos problemas, desde la actuación hasta la trama y los diálogos. Sin embargo, también hay algo que es difícil de ignorar: la serie está claramente diseñada para ser un espectáculo de estrellas, y parece haber sido producida con más pensamiento en su publicidad que en su contenido.
En resumen, "Todas las de la ley" es una serie mala, pero no es la peor. Hay muchas series malas en televisión, y esta es solo otra de ellas.
El equipo detrás de esta serie parece haber perdido el hilo en cuanto a la calidad y la coherencia. La trama es predecible y sin profundidad, y las actrices no logran capturar los personajes que se suponía que eran las principales estrellas del show. Kim Kardashian, en particular, parece completamente desplazada en su papel como abogada.
Lo que hace que esta serie sea aún peor es su falta de crítica hacia sí misma. No intenta ser una serie dramática o emocionalmente profunda; más bien se contenta con ofrecer un espectáculo de estrellas y dinero, sin preocuparse por la calidad del material. Es como si Disney+ hubiera comprado esta serie porque quería tener a Kim Kardashian en su plataforma, y no porque realmente pensara que era una buena idea.
La serie tiene muchos problemas, desde la actuación hasta la trama y los diálogos. Sin embargo, también hay algo que es difícil de ignorar: la serie está claramente diseñada para ser un espectáculo de estrellas, y parece haber sido producida con más pensamiento en su publicidad que en su contenido.
En resumen, "Todas las de la ley" es una serie mala, pero no es la peor. Hay muchas series malas en televisión, y esta es solo otra de ellas.