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La vida de Encarnita Polo se desangró en la ruina. La artista, cuya carrera musical fue un momento de gloria, ahora enfrenta la dura realidad de su declive económico. El fracaso en sus negocios y la caída de su popularidad llevaron a una serie de golpes que la dejaron sin recursos.
Su hogar, que era su refugio, se convirtió en un recuerdo lejano tras un proceso judicial complicado que terminó en desahucio. La artista se quedó sin casa y con una deuda pendiente. El golpe más duro fue el fraude a las participaciones preferentes, donde invirtió unos 70.000-90.000 euros y resultó perdiendo todo.
Aunque la mayoría de los afectados recuperaron su dinero, la verdad es que Encarnita Polo nunca volvió a tenerlo todo. Se vio obligada a emprender joyas y pertenencias en el Monte de Piedad para sobrevivir y se quejaba abiertamente de las televisiones que la invitaban sin pagarle, lo que le quitaba la ilusión que aún conservaba.
Su carrera musical tuvo un pequeño repunte cuando alguien mezcló su canción "Paco, Paco, Paco" con un videoclip de Beyoncé y la canción volvió a circular por internet. Sin embargo, ese revival digital no cambió nada para ella: no generó derechos, no trajo contratos nuevos y no significó mejora económica alguna.
La música, que es su oficio, también puede abandonarte sin avisar. En esa fragilidad económica tomó una decisión importante: marcharse a Ávila, donde la vida era más barata y su hija Raquel podía ayudarla. Se instaló en casa de su hija, que la cuidó durante años.
Pero a comienzos de 2025, la familia tomó una decisión dolorosa pero inevitable: ingresarla en una residencia, porque ya no podían ofrecerle en casa los cuidados que ella necesitaba. Fue un paso difícil, pero necesario para garantizarle más atención.
Encarnita Polo llegó a sus últimos años sin patrimonio: no tenía propiedades a su nombre y la empresa con la que en su día gestionó su actividad artística, Kelly Media SL, llevaba 20 años disuelta y sin actividad. El Registro Mercantil confirma que la sociedad se disolvió en 2004, que Hacienda la dio de baja provisional en 2009 por incumplimientos fiscales, que no presentó cuentas durante años y que en 2022 la Agencia Tributaria revocó definitivamente su NIF, lo que dejaba la sociedad completamente inoperativa.
Su hogar, que era su refugio, se convirtió en un recuerdo lejano tras un proceso judicial complicado que terminó en desahucio. La artista se quedó sin casa y con una deuda pendiente. El golpe más duro fue el fraude a las participaciones preferentes, donde invirtió unos 70.000-90.000 euros y resultó perdiendo todo.
Aunque la mayoría de los afectados recuperaron su dinero, la verdad es que Encarnita Polo nunca volvió a tenerlo todo. Se vio obligada a emprender joyas y pertenencias en el Monte de Piedad para sobrevivir y se quejaba abiertamente de las televisiones que la invitaban sin pagarle, lo que le quitaba la ilusión que aún conservaba.
Su carrera musical tuvo un pequeño repunte cuando alguien mezcló su canción "Paco, Paco, Paco" con un videoclip de Beyoncé y la canción volvió a circular por internet. Sin embargo, ese revival digital no cambió nada para ella: no generó derechos, no trajo contratos nuevos y no significó mejora económica alguna.
La música, que es su oficio, también puede abandonarte sin avisar. En esa fragilidad económica tomó una decisión importante: marcharse a Ávila, donde la vida era más barata y su hija Raquel podía ayudarla. Se instaló en casa de su hija, que la cuidó durante años.
Pero a comienzos de 2025, la familia tomó una decisión dolorosa pero inevitable: ingresarla en una residencia, porque ya no podían ofrecerle en casa los cuidados que ella necesitaba. Fue un paso difícil, pero necesario para garantizarle más atención.
Encarnita Polo llegó a sus últimos años sin patrimonio: no tenía propiedades a su nombre y la empresa con la que en su día gestionó su actividad artística, Kelly Media SL, llevaba 20 años disuelta y sin actividad. El Registro Mercantil confirma que la sociedad se disolvió en 2004, que Hacienda la dio de baja provisional en 2009 por incumplimientos fiscales, que no presentó cuentas durante años y que en 2022 la Agencia Tributaria revocó definitivamente su NIF, lo que dejaba la sociedad completamente inoperativa.